El hombre acusado de un delito de maltrato por supuestamente lesionar a su pareja y madre de su hija y obligarla a tomar una decena de pastillas, de composición desconocida, ha reconocido ante el tribunal de la Sección Cuarta de la Audiencia de Sevilla que él es "un delincuente" pero "no un maltratador". De hecho, se encuentra en prisión por otros delitos de robo con fuerza pero ha negado estos hechos en concreto.
El Ministerio Fiscal le ha mantenido la pena de once meses de prisión y le ha ampliado el periodo, de tres a cinco años, de prohibición de acercarse o comunicarse con esta mujer mientras que la acusación le pide nueve años de cárcel, según han informado a Europa Press fuentes judiciales.
Durante su declaración, ha reconocido que se pudo "poner nervioso, chillarle o insultarle, pero yo no le pegué, ni le saqué un cuchillo ni la obligué a tomar pastillas", ha señalado.
A preguntas del fiscal, ha indicado que se fue a vivir con ella tras salir de la prisión para estar con su hija y fue "lo peor" que hizo. Sobre el día en cuestión del episodio que ella denuncia, ocurrido el 5 de julio de 2016, cuando supuestamente éste "la golpeó, la cogió del pelo, la zarandeó y cogió un cuchillo e intentó agredirla con él" y además "la obligó a tomar diez pastillas de composición desconocida", ha asegurado que él no ha hecho nada de eso y que un día ella se fue y llegó la Policía a detenerlo.
Ella también ha prestado declaración ante el tribunal y ha relatado que no llegó a ir al hospital tras los hechos sino que fue vista por un médico forense en los juzgados. Sobre los hechos, ha recordado que interpuso la denuncia unos días después porque tras la ingesta de las pastillas estuvo "dos días sin saber dónde estaba y con la conciencia perdida", así como que antes de obligarla a tomarlas le dijo que "quería acabar" con su vida.
Sobre ese episodio en concreto, la mujer ha precisado que llevó a su hija a la rehabilitación y como no la creyó, a la vuelta el que era su pareja la obligó "a ir a comprar las pastillas a un quiosco clandestino cercano, insultándola por el camino", así como que cuando volvieron a la casa "la obligó a tomarlas, tras darle bofetadas, intentar clavarle un cuchillo y golpearle con el mango de este en la cabeza".
"A los dos días, él me despertó porque venían mis hijos" --una niña que tiene con este hombre y otro de otra pareja-- y al día siguiente con la ayuda de una amiga, según ha relatado, pudo salir del piso, de donde "no la dejaba ir a ningún lado", y pudo interponer la denuncia.
"Me dijo que me obligaba a tomarme las pastillas, como tenía depresión, para que pareciera que me había quitado la vida", ha señalado la víctima, quien ha asegurado que él le contó que "había estado esos dos días yendo y viniendo para ver si respiraba" y que cuando despertó, cuando una tía de él llegó con los niños, estaba "desnuda" de cintura para abajo, aunque ha dejado claro que él evitó que la niña fuera testigo de los supuestos maltratos.
Por último, una tía del acusado ha señalado que ella no le dijo nada de que su sobrino le podría haber pegado ni que le había obligado a tomar pastillas aunque sí que la había insultado y amenazado, no obstante ha añadido que "nunca" lo ha visto agresivo.
LAS LESIONES "CONCUERDAN"
La médico forense, por su parte, ha señalado que las lesiones que la víctima presentaba, con lesiones en los brazos y piernas, "concuerdan" con su relato. Por todo ello, el fiscal le ha mantenido la pena de once meses de prisión, mientras que la acusación le pide nueve años de inicio destacando las secuelas psíquicas que se le han quedado a la menor, mientras que su defensa ha pedido la absolución al no considerar acreditada las lesiones ni que su testimonio se sustente.
En su último turno de palabra, el acusado ha insistido en que esta situación es "injusta y vergonzosa", así como que esta mujer, estando en prisión, lo acosaba y "le fue prohibida" la entrada.
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