Noviembre no da tregua y vuelve a ser un mes nefasto para el empleo en Málaga. La cifra de personas registradas en los servicios públicos de empleo en la provincia se eleva a 149.545 parados, 5.649 más que en el mes anterior para un incremento del 3,93%.
Como señalaron desde el observatorio Prisma, esta subida para este mes es la mayor desde el año 2012, lo que minimiza que en términos interanuales se haya producido un descenso del 1,7% con respecto a 2018. Una bajada, muy inferior a la del 4% que se registró en ese año con respecto al mismo periodo de 2017.
Como recalcaron desde UGT, Málaga “es la provincia tanto a nivel andaluz como nacional donde la subida del paro ha sido la más alta”.
Por otra parte, el desempleo subió en todos los sectores, excepto industria, aunque de modo anecdótico ya que hubo solo dos menos; la subida más significativa se produjo una vez más en los servicios con 5.470 nuevos parados, un sector que aglutina la mayoría de los desocupados de Málaga con 109.357 (el 73% del total); el colectivo sin empleo anterior con 98 parados más (15.686); en el sector de la construcción con un incremento de 43 para un total de 14.081 desempleados; por último, agricultura cuenta con 40 desempleados más (3.699).
De nuevo, el género está claro: del total de desempleados de Málaga, más de la mitad corresponde a mujeres con casi el 62% (89.061) de desempleadas en este mes. Siendo la diferencia de 27.636 paradas más en relación a los hombres (51.578).
Otro dato preocupante para UGT son los parados que han agotado sus prestaciones por desempleo, ya que 49 de cada 100 no cobra ningún tipo de prestación.
Desde CCOO, por su parte, se denunció que la provincia se caracteriza por una alta tasa de precariedad en la contratación, tanto temporal como parcial, que se centra en una temporalidad no causal. Así, destacaron que hay una contratación mensual de 70.000 contratos y de ellos, 20.000 están en permanente rotación. Como indicaron desde UGT, en cuanto a la contratación, a lo largo de noviembre se registró un total de 64.209 nuevos contratos, 18.860 (23%) menos que los realizados el mes anterior.
La contratación temporal sigue subiendo y acumula prácticamente la totalidad de los contratos registrados: casi el 93% de la contratación total fue temporales (59.470). El número de contratos indefinidos fue de solo 4.739, lo que supone un 7% del total. Bajan los contratos un -1,9% respecto a noviembre de 2018 y un 22,7% respecto al mes anterior
Por último, malos números también en lo que a la afiliación a la Seguridad Social se refiere, ya que la registrada durante el mes de noviembre ha sido de 626.083 altas, que supone una pérdida de 10.794 (-1,69%) afiliaciones con respecto a octubre.
Reacciones
El secretario general de CCOO de Málaga, Fernando Cubillo, manifestó que la afirmación por parte del Gobierno andaluz de que las empresas son las que crean empleo y no las administraciones públicas, implica una dejación de funciones por parte de los nuevos gobernantes. “Parece que están más preocupados en subvencionar a las compañías y no se dan cuenta de que ellas no pueden resolver el problema del desempleo que hay en esta provincia”, declaró.
Cubillo instó a la Junta de Andalucía que ponga en marcha de manera inmediata las políticas activas de formación para mejorar la cualificación y la empleabilidad de las personas desempleadas. También incidió en que es necesario la derogación de la reforma laboral y advirtió del empleo precario que se está creando estos días de cara a la campaña de Navidad.
Desde UGT Málaga el Secretario de Empleo manifestó que “continua la elevada precariedad y parcialidad del tipo de empleo creado, fundamentalmente contratos temporales y a tiempo parcial, con bajos salarios”.
El número de desempleados “aumenta y es el principal problema para la mayoría de personas que viven en nuestra tierra”. “Las altas tasas de desempleo, junto a la precariedad laboral que viven muchos trabajadores en nuestra provincia, constituye un caldo de cultivo perfecto para conformar una parte importante de la clase trabajadora resignada a vivir en unas condiciones económicas y sociales muy lejanas a lo que llamamos una vida digna”.
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