Creo recordar que fue el conocido periodista Emilio Romero, director del desaparecido diario Pueblo, el que la bautizó artísticamente como María La Pipa porque decía que cantaba con la entrepierna. En el escenario, María era/es -como decía el maestro Romero- atrevida, sensual, emotiva. Su puesta en escena, personal, tenía mucho que ver -a mi juicio- con su complicada vida: María miraba hacia atrás y como una especie de flashback cinematográfico (visión retrospectiva) recordaba los momentos amargos a los que había tenido que hacer frente. Nuestra protagonista también podría hacer suya la confesión del cantaor Manolito de María: “Yo canto porque me acuerdo de lo que he vivido”.
María había vivido una infancia pobre en Triana, antes de trasladarse a Barcelona como limpiadora doméstica. Fue madre soltera de una hija, Rocío, que murió en accidente de tráfico. Las duras experiencias vitales de María -andando el tiempo- no terminarían ahí: estuvo casada 22 años con el actor Pepe Sancho -matrimonio plagado de escándalos y reconciliaciones-, experiencia que le sirvió a María para escribir junto a la periodista María José Boch un desafortunado libro ‘Calla, canalla’, donde ponía de vuelta y media al actor, algo que hay que hacer en un juzgado y cuando suceden los hechos que explica en el citado libro.
Tras un largo retiro, en 2002, María vuelve al mercado discográfico con uno de sus mejores trabajos ‘Donde más duele’ (Canta por Sabina). Un disco -el décimo quinto de su carrera musical- donde versiona temas del cantautor de Úbeda. Un rotundo éxito: más de 600 mil copias vendidas y proclamado Disco de Oro. Un año antes realizó una colaboración con el grupo La Cabra Mecánica, en concreto ‘La lista de la compra’, que también la hizo muy popular en toda España.
A sus 69 años, en el invierno de la vida, María ha sufrido otra dura prueba: un ingreso en la UCI del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla del que ha podido salir. “Se recupera poco a poco y espera volver a cantar”, me dice un amigo común. Sería su enésima vuelta a los escenarios para recordar con su estilo personal lo vivido. Que no ha sido poco. Vivir para contar... y cantar.
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