Abdoulaye Bamba es un joven de 16 años corpulento con una sonrisa más grande que la frontera que media entre España y Marruecos, país desde el que salió en patera. Tras ser acogido por sus compañeros, que son su segunda familia, va a ser trasladado a un centro de menores no acompañados.
Bamba atravesó más de 5.000 kilómetros -distancia que hay entre Costa de Marfil, su país de origen, y Málaga- sin la compañía de ningún familiar o amigo, para buscar un futuro mejor. En dos meses, ha calado hondo en el corazón de los profesores y los alumnos del Instituto de Enseñanza Secundaria Costa del Sol, de Torremolinos (Málaga).
En Costa de Marfil la población es "muy pobre" y todo allí es muy "malo", ha afirmado en declaraciones a Efe el joven marfileño, que está aprendiendo español a marchas forzadas. Ha asegurado que se siente muy feliz por estar en el instituto y que él "no quiere otro centro", sino estar ahí con "sus amigos".
Sus compañeros de instituto de tercero de ESO, con ayuda de los profesores y alumnos de otras clases, habían reunido medio centenar de firmas para intentar evitar que trasladaran al menor a un centro especializado. A Bamba lo definen como una buena persona, con la que se comunican por redes sociales y con la que suelen quedar.
Los alumnos han confesado que hablar con él es difícil porque su idioma es el francés pero, aún así, la integración ha sido ideal desde un principio. Vieron que era "muy buena gente" y comenzaron a quedar con él, para jugar al fútbol, entre otras cosas, ha señalado una de las alumnas de la clase de Abdoulaye.
Sin embargo, el joven marfileño ha vivido este miércoles su último día en el instituto, momento que la clase ha aprovechado para hacer una excursión y despedirse de él. Bamba ha afirmado estar "muy triste", pero sabe que el traslado a un centro de menas es lo mejor para él y que allí podrá ser perfectamente atendido.
La directora del IES Costa del Sol, Ángela Vázquez, ha declarado que Bamba es "especialmente cariñoso" y se le ha acogido "de manera fraternal". "Después hemos sabido que el traslado le beneficiaba y los compañeros y él han entendido que era lo mejor para su futuro", ha manifestado.
"Sé que tiene contacto con su familia y están muy contentos por su acogida", ha señalado la directora, que ha admitido que en Costa de Marfil la vida es muy diferente, por ser una sociedad más rural, pero él tiene una gran capacidad de adaptación.
Vázquez ha defendido y apoyado a los menores no acompañados que han estudiado en el centro y ha afirmado que muchos se han sacado el título de la ESO y están felizmente integrados en la sociedad española.
La tutora María José González, de 3ºA , la clase de Bamba, puede comunicarse con el menor ya que habla un poco de francés, lo que hace más fácil su integración; y éste, a modo de agradecimiento, le da las gracias al final de cada clase, como si cada hora de enseñanza fuera un regalo para él.
En los centros de menores no acompañados pueden acceder a un ciclo formativo mientras que el instituto le ofrece "una primera acogida", "le dan lo básico y un tiempo de aclimatación" para que pueda aprender el idioma y en unos meses lo derivan a los centros especializados, ha concluido su profesora.
La historia de este joven no es la única de estas características. Constantemente, menores no acompañados dejan atrás su país para buscar una vida mejor y un futuro estable. Sin embargo, Abdoulaye Bamba dejará una huella enorme en el corazón de sus compañeros.
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