Propiedades para rehabilitar, localizadas en el intramuros jerezano y a precios de gangas. Estas son las tres premisas con las que se mueven los inversores para hacerse con fincas en el centro histórico jerezano en estos momentos y reformarlas integralmente para explotarlas como apartamentos turísticos. Una demanda que ha ido a más en el último año, pero que va acompañada de un “enfriamiento” del dinero que están dispuestos a pagar por estas operaciones, tal y como vienen detectando en el sector inmobiliario jerezano. Francisco Escot, agente inmobiliario de más de 25 años de experiencia en Jerez y gerente de Mistercasa, tiene claro que detrás de esta tendencia a negociar cifras por debajo del 10 o el 15% del los precios del mercado, que es a lo que popularmente podría llamarse ganga como tal en este contexto, está el rendimiento turístico de estos apartamentos en Jerez, que es alto pero inferior al de otras ciudades andaluzas. “La rentabilidad turística en el caso de Jerez es menor que en otras zonas como Cádiz y Sevilla y ya de Málaga ni hablamos”, señala Escot para referirse al argumento de estos inversores a la hora de hacerse con una finca para rehabilitarla y adaptarla como apartamentos turísticos, apuntando a que las cantidades que se pagan para los alquileres están por encima de las que se mueven en Jerez.
En líneas generales, aunque todo va a depender de la ubicación, que será un añadido extra, dado que lógicamente no es lo mismo adquirir una finca en la calle Liebre, junto a la Plaza del Mercado, que en Porvera, en la que se paga el doble, los compradores particulares -la mayoría de la zona- buscan precios por debajo de los 200 euros el metro cuadrado. Esto en la práctica, como explica este agente inmobiliario, se traduce en una horquilla que va desde los 100.000 a los 850.000 euros. Unos precios que duplican a los estipulados para la obra nueva, para la que prácticamente no hay opciones en intramuros, pues estamos hablando de fincas ruinosas o abandonadas pero que tampoco se pueden tirar porque la gran mayoría están protegidas.
Y es aquí donde sale a relucir este hándicap “tan grande” que acusa esta zona. “La rehabilitación cuesta el doble”, añade Escot. También hay que tener en cuenta que al tratarse de una obra de segunda mano, por la que en su día día se pagaron precios “brutales” desde 120.000 a 500.000 euros, los propietarios son reacios a desprenderse de estas fincas y les resulta complicado asumir estas pérdidas si se deshacen de ellas en estos momentos. “En este caso el factor emocional no existe, sino que va por rentabilidad”, concluye.
Las zambombas, una oportunidad de oro
El arreglo de la Plaza Belén y que el año pasado y que se convirtiera en uno de los epicentros de la programación de la navideña ha supuesto todo un revulsivo para el sector inmobiliario en este entorno, que ve las zambombas como una oportunidad de oro para atraer movimiento. “Entre los turistas también vienen inversores que ven otro futuro que los jerezanos no vemos, no es lo mismo que en la Feria, donde también hay muchos contactos, aquí estamos hablando de todo el centro”
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