La Policía Nacional ha detenido a 28 personas acusadas de pertenecer a una organización asentada en el Campo de Gibraltar y dedicada al tráfico de hachís, para lo que usaban un “narcocamión” con un sofisticado sistema de doble fondo para ocultar la droga.
En un comunicado, la Policía explica que la organización estaba perfectamente estructurada y dedicada a la preparación, planificación en el transporte y posterior distribución de importantes cantidades de hachís desde Ceuta a la Península.
El camión usado empleaba un innovador y sofisticado sistema de ocultación, con un sistema de apertura del suelo de la caja del camión, a través de una compleja técnica con mando a distancia y brazos hidráulicos.
El habitáculo incluía diversas medidas de seguridad para imposibilitar la detección de la droga con un escáner.
Como consecuencia de la investigación han sido bloqueadas 182 cuentas bancarias y bienes e inmuebles por valor de casi siete millones de euros, además de intervenir 14 vehículos, doce relojes de gama alta y casi 46.000 euros en efectivo.
Para ello se practicaron doce registros en seis domicilios y seis naves industriales de Ceuta, Estepona, Conil (Cádiz) y Sevilla.
Según los investigadores, se trata de la organización más importante que operaba entre Ceuta, el Campo de Gibraltar y la Costa del Sol y que planificaba introducir unos cuatro camiones cargados de hachís al mes.
La investigación comenzó a finales del pasado año, cuando se detectaron varias reuniones de una persona, asentada en Estepona (Málaga) y encargado de la logística de la organización, con personas muy relacionadas con el mundo de la droga en Marruecos.
A dichas personas se les denominaba como “el señor de la droga”, “Shrif” o “El Hajj”, y para las organizaciones de narcotraficantes es el estatus más elevado dentro de las mismas.
En estos encuentros fueron identificadas dos personas, padre e hijo de origen marroquí, quienes solicitaron al jefe de logística de la organización un medio para el transporte del hachís, encargo que recayó sobre un empresario afincado en Sevilla.
El citado empresario tenía al menos diez personas encargadas de la fabricación y manipulación de sofisticados dobles fondos en camiones destinados a la ocultación de estupefacientes.
El “narcocamión”, equipado con sofisticadas medidas para la ocultación de la droga, fue vendido a la red de narcotráfico por 50.000 euros.
Para evitar levantar sospechas, la organización organizó varios viajes a Ceuta con este camión, simulando una actividad mercantil y detectando posibles controles.
Poco después fijaron el día del traslado de la droga, desde una nave de materiales ubicada en Ceuta, donde cargaron 500 kilos de hachís en el “narcocamión”, si bien la droga fue detectada por los agentes a su regreso al puerto de Algeciras y el conductor, detenido.
Al día siguiente, con ayuda de un electricista profesional y después de tres horas de trabajo, los agentes consiguieron abrir el sofisticado sistema, protegido por varios cortafuegos, para hacerse con la droga.
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