Tras unos meses convulsos, el cuatripartito que había relegado al PSOE a la oposición ha acabado desintegrándose debido a la salida de PSA e IU, que han inclinado la balanza hacia la izquierda. En este último caso, la situación ha dejado además a dos de sus tres concejales apartados por la dirección del partido, por no apoyar al PSOE. No obstante, a Román sólo le hacía falta un voto de IU, el que le ha proporcionado Nadine Fernández. Tanta tensión y polémica acumuladas no se han trasladado, sin embargo, a la sesión plenaria celebrada en la mañana de ayer.
El traspaso de poderes se ha realizado sin incidentes, aunque no han faltado algunos desplantes por parte de los concejales del Gobierno saliente, como cuando el edil andalucista Manuel Guerrero -que presidía la mesa por ser el de mayor edad-, ha arrojado con desprecio el bastón de mando a Román. Otro hecho destacable ha sido el protagonizado por los concejales de PA y los dos no reconocidos por IU, que han abandonado la sala antes de que finalizara para no estar presentes durante el discurso del alcalde entrante. Por lo demás, el fuerte dispositivo de seguridad previsto no ha tenido que intervenir más que para permitir el paso de los miembros de la Corporación chiclanera a través de las abarrotadas calles aledañas al edificio consistorial. La anécdota de la jornada se ha vivido cuando José María Román ha sido sacado a hombros. Una imagen que quizá simboliza la esperanza con que miles de chiclaneros han vivido la recuperación de la Alcaldía por parte del PSOE tras año y medio de polémico gobierno.
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