El capitán Diego Palomino fue un jaenés que con su participación en la conquista de tierras peruanas fundaría la ciudad de San Leandro de Jaén de los Bracamoros en abril de 1549, en alusión al santo del día, a su Jaén natal y a los indios bracamoros, habitantes de esa zona. Fueron los bracamoros unos bravos guerreros que defendieron sus dominios frente a incas y frente a españoles. Hoy la ciudad, que se ubica en otro lugar, y la provincia homónima, se conocen con el nombre de Jaén, a secas.
Diego Palomino sería el primer “jaenes” que también sería “jaenense”, pues vivió en las dos ciudades de Jaén. Fue por tanto giennense y jaeno. Destacaría también, entre otras cosas, por la realización de unos mapas en los que se adelantó al menos dos siglos en la identificación de las curvas de nivel en los mismos.
Este martes 8 de octubre, por primera vez en la historia de los dos jaenes, pudimos ver juntos a dos alcaldes de Jaén. El alcalde de la Municipalidad Provincial de Jaén de Perú, Francisco Delgado, aprovechó su participación en un congreso en España, para conocer nuestra ciudad y manifestar el deseo de los jaenos de hermanarse con nosotros.
Hay más localidades con el nombre de Jaén. Un Jaén en Filipinas, un Nuevo Jaén en la Amazonia peruana y una localidad llamada San Carlos, en Nicaragüa, que antaño se llamó Nueva Jaén.
No obstante lo anterior, creo que el hermanamiento con Jaén de Perú es el más justificado de todos. El hecho de que su fundador fuera giennense e, incluso, quizá algunos de sus primeros pobladores también lo fueran ya sería suficiente. No olvidemos que Diego Palomino participó en la tercera incursión de Pizarro con dos de sus hermanos. Pero es que además del nombre común, está la distribución de una capital, Jaén, con una provincia de Jaén en ambos casos. Ello junto a las múltiples conexiones que tenemos con todo el pueblo latinoamericano en general, que van desde el idioma, algunas tradiciones o la propia mezcla de sangre española con los pueblos originarios. Es patente que más que conveniente, es un hermanamiento imprescindible. Un acto que sirva de botón de muestra de la relación de Jaén en particular, y España en general, con América y sus gentes.
Hay momentos que marcan los destinos y, el encuentro entre los dos alcaldes de Jaén, estoy convencido que dará inicio a la senda de un hermanamiento largamente deseado por diferentes instituciones de la sociedad giennense y las propias corporaciones municipales. Y ambos alcaldes, doy fe, están francamente ilusionados con caminar ese sendero.
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