Yuliy Borisovich Brynner o Yul Brynner como usted y yo le conocíamos, es posiblemente el calvo más interesante de la historia del cine. Inolvidable en muchas películas, me quedo con su El rey y yo, sobre todo esa escena junto en la que toma del talle a la bellísima Deborah Kerr y comienzan a bailar… ay… Película por la que ganó la dorada estatuilla e incluso un Tony por su versión en el teatro.
Detrás de esos ojos de animal mitólogico se escondía un personaje fascinante con un carisma brutal que supo transmitir a todos sus papeles, desde el más cruel villano hasta el más altanero monarca. Cuentan que siempre desayunaba vestido con un kimono de seda.
Brynner era hijo de un inventor ruso y de una gitana de Moldavia. Estudió interpretación y música en Francia, y fue en París donde empieza a trabajar en un circo (de ahí su espectacular forma física). Pero un accidente que le lesiona la espalda le hace retirarse y buscarse la vida en como cantante y guitarrista acompañando a una compañía de músicos gitanos que actuaban en clubs nocturnos de París. Actividad que compaginaba con la de modelo de desnudos… Esta apariencia física le sirvió también para inspirar al gran Stan Lee para crear el Profesor X Charles Xavier.
Tenía una espinita clavada: “Espartaco”. Antes de la versión que conocemos, se puso en marcha una llamada “Espartaco y los Gladiadores” en la que iba a ser el protagonista junto a Anthony Quinn a las órdenes del estudio United Artists.
El estudio había comenzado ya incluso a promocionar la película. Pero, la productora de Kirk Douglas tenía los derechos de la novela de Howard Fast. Cuando Trumbo hizo el guión para la película, todos los actores lo consideraron mejor que el guión de la película de Brynner. Finalmente Douglas ganó y “Espartaco y los Gladiadores” nunca se llegó a filmar.
Quizás la faceta menos conocida de este polifacético actor fue la de fotógrafo. Durante los rodajes Brynner realizaba verdaderos reportajes en formato “making of” que años más tarde su hijo recogió en cuatro libros que llegaron a publicarse.
Fumador empedernido, un cáncer de pulmón nos lo arrebató el 10 de octubre de 1985. Llevaba muchos años luchando contra el tabaquismo, pero no pudo ganar la batalla. Meses antes de morir grabó una entrevista. La Sociedad Americana contra el cáncer convirtió un breve fragmento que se emitió por televisión en la que Yul decía “Ahora que me fui, te digo: No fumes”.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es
