El manuscrito de esta obra fue hallado hace unos meses con la preparación del 75 aniversario de la muerte del torero en el ruedo, que se cumple este año y que inspiró el que posiblemente sea el más hermoso poema fúnebre de la literatura española junto al que Jorge Manrique escribió a la muerte de su padre: el Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, de su amigo Federico García Lorca.
Publicada ahora por la editorial Berenice con un amplio estudio introductorio de Andrés Amorós, es “un retrato prototípico del ascenso y desengaño de un torero, con claves y un trasfondo muy originales debido a las manos, de sobra autorizadas, de las que procede”, según los editores.
Amorós dijo a Efe que se trata de “un verdadero hallazgo literario, por tratarse de un personaje tan importante en la literatura y la cultura española” y que es una novela “de tema taurino, relativamente autobiográfica, que recoge cosas de su vida y de la de Joselito El Gallo, que fue su ídolo”.
“Sánchez Mejías pensaba que las novelas taurinas eran falsas, y él quiso escribir desde dentro, desde la psicología del joven que quiere ascender socialmente a través del toreo; el tema de la vida como esfuerzo, de la voluntad”, reseñó.
La amargura del triunfo también es un reflejo del mundo intelectual de Sánchez Mejías, quien fue autor de teatro psicodramático y el primer candidato de la República para ocupar el puesto de gobernador civil con el entonces nuevo régimen.
Cuñado de Joselito, que lo doctoró en la plaza, fue conferenciante en la neoyorquina Universidad de Columbia, donde fue presentado por Lorca, y cedió los terrenos de Sevilla para que aterrizaran los zeppelines, y a esta multitud de facetas se suma ahora la de novelista.
Según cuenta Amorós, responsable de la versión publicada en el estudio introductorio, las hojas que componen la novela le fueron entregadas, junto con otros papeles, por Paloma Recaséns, nieta del torero, quien ha conservado este legado en la vivienda familiar.
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