La evolución de esta sociedad hace que se incrementen las preocupaciones que todo padre y madre tienen al asumir este controvertido rol. Una de esas circunstancias es el consumo de sustancias adictivas, que está arrasando de nuevo con la juventud de nuestro tiempo. Conocer las drogas es uno de los aspectos fundamentales, dados los devastadores datos que seguimos observando en nuestra sociedad, y sobre todo, en adolescentes y jóvenes.
No es necesario ser un experto en la materia, pero es importante tener ciertas nociones básicas para evitar males mayores y afrontar los hábitos que ilícitamente se están generando en nuestros chicos. Una de estas drogas es el cannabis, la sustancia ilegal más consumida en España y que adquiere un vínculo muy importante con el ocio, generando nuevos patrones de consumo, siendo cada vez las edades más tempranas. Sus consecuencias son latentes, desde pérdidas de memoria, irascibilidad, falta de comunicación, tristeza, aislamiento en muchos casos, lentitud en los procesos cognitivos, hasta las típicas ausencias en clase, entre otros.
El psicólogo Diego Macià Antón, en su libro ‘Las drogas: conocer y educar para prevenir’, habla de la importancia de dicho conocimiento para educar y fortalecer hábitos saludables, algo que estamos obviando en un tema tan necesario. Es urgente que pongamos atención a las informaciones sobre el consumo de esta droga con relación a los trastornos mentales, dado que se han identificado entre el 7 y el 10 % de las personas que lo han probado y en 1 de cada 3 de los que lo consumen habitualmente. Estamos hablando de que dicho consumo aumenta más de cinco veces el riesgo de padecer psicosis a lo largo de la vida.
Esta preocupación se me acrecienta con las asociaciones y clubes de cannabis que se extienden por toda la península, aprovechando una brecha legal que resume cierta permisividad en un contexto poco alentador, con un futuro incierto, del que ya comenzamos a tener datos preocupantes. Está claro que esta nueva etapa que nos toca vivir es muy generalizada y nadie está exento de vivir una problemática relacionada con el cannabis, y aunque sólo he arañado la superficie, espero que seamos capaces de tomar conciencia y nos informemos y formemos en fuentes fiables, evitando sorpresas tan desagradables como las que cada día vivo en mi profesión.
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