Cádiz

Y por fin llegó octubre. Y por fin llegó la locura con Vanesa Martín

La cantante malagueña se deja la piel en la primera de las cuatro funciones que acoge el Gran Teatro Falla hasta el domingo

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  • Vanesa Martín durante el concierto. -
  • La compositora, amante de los carnavales y de Cádiz, invitó al escenario a la comparsa ‘Los niños sin nombre’ para interpretar juntos ‘La vez primera’

 “¡Cádiz de mi corazón. Por fin llegó octubre; por fin llegó la cita!”. Era el regreso más esperado, el saludo a su público más incondicional y más fiel de una Vanesa Martín pletórica, contagiada de la magia de las tablas del Gran Teatro Falla desde el minuto uno en el que hizo su entrada en el “templo” de los gaditanos que tan bien conoce. Una magia que, unida a la de su voz tan personal, sus composiciones y su impecable banda de siete músicos dieron como resultado un verdadero espectáculo en la primera de las cuatro funciones que acogerá el Falla, al que llega con todas las localidades vendidas.

Fue cuestión de un cuarto de hora. “Yo pensé que era un fallo de internet”, reconocía la noche del miércoles, sin creerse aún que hubiera vendido todo en ese tiempo récord este verano. Tanta fidelidad había que premiarla, y por eso incorporó una cuarta función. Tras el “descanso” de este jueves, jornada en la que prometía “empaparse” de las calles de Cádiz, desde hoy al domingo volverá a actuar a las 20.00 horas.

Pero volvamos al inicio de esta crónica, habíamos dejado a la cantante y compositora malagueña saludando a sus seguidores antes de entregarse en cuerpo y alma a un repertorio lleno de sentimiento y con una cuidada puesta en escena que no dejaba nada al azar. Eran las 20.09 horas cuando los destellos de ‘pailletes’ de su traje de pantalón de lentejuelas plateadas asomaban por el escenario para abrir su espectáculo con De tus ojos, en un preludio de una noche brillante en la que durante dos horas interpretó los nuevos éxitos de Todas las mujeres que habitan en mí, su sexto álbum de estudio y el más personal y acústico, y sus clásicos de una década de carrera.

Abril, otra de las preferidas y con la que el público rompió en aplausos antes de acabar, daba paso a un bloque más acústico con Ya, de Munay, o Te has perdido quién soy, otra de las más esperadas, una reivindicación del amor propio cuando ya es tarde para recuperar a quien has dejado escapar. Con Nueve días, la cosa se animaba, y los asistentes se levantaban de las butacas para bailar con la malagueña, que tiene el poder de tan pronto envolverte en un momento único al piano, como logró con Un billete de avión, como de volver loco al personal con un repaso a sus éxitos más sensuales y movidos, como ocurrió con Aún no te has ido, cuando pidió al teatro que se “volvieran locos” y se levantaran de sus asientos para bailar con ella y con su banda.

Pero la noche era un no parar, porque no hacía tanto que se había arrancado a cantar 90 minutos, la canción que le compuso a su amiga India Martínez, y que ha incluido en el repertorio de esta gira (que está prácticamente en su ecuador) casi por petición de su madre.  “Siempre me dice que las canciones más bonitas se la doy a la gente”, bromeaba. La emoción y su voz desgarrada siguió con Arráncame, Polvo de mariposas, una de las más celebradas y que se llevó otra de las ovaciones de la noche, mientras No te pude retener, La culpa y Desobedecerme, dejaban ver de nuevo su lado más intimista, en la que el chelo de Ana Mula brilló como nunca.

Dos horas mágicas

Tras unos brevísimos minutos para cambiarse de ropa, con otro de sus éxitos, Sintiéndonos,  que cantaron y tocaron sus músicos, la cantante reaparecía vestida de negro y con flecos para seguir haciendo regalos: el imprescindible Si me olvidas, Frenar enero, Me da pena... El público seguía entregado a sus letras, y quedaba la sorpresa de la noche. Amante del carnaval, -acompañó al maestro Sabina en el pregón de este año-, rindió su particular homenaje a Juan Carlos Aragón y Manolo Santander a los que su tierra ha despedido este año invitando a cantar La vez primera a la comparsa ‘Los niños sin nombre’. Y se desató de nuevo la locura.  Con Inventas, el primer single de su último disco, o Tengo hábito de ti entraba en la recta final. Empezaban las despedidas y entre los bises desde el piano no podía faltar Que no, con la que volvía a dejarse el alma. Complicidad cerraba una noche de ensueño en la que Vanesa Martín prometió dejarse la piel. Y vaya si lo logró.  Tranquilos, aún quedan tres noches más. 

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