En román paladino

Votar en positivo

Entre los lugares comunes que se escuchan y se leen cada día está que la repetición electoral no servirá para nada. Error garrafal.

Publicado: 23/09/2019 ·
16:51
· Actualizado: 23/09/2019 · 21:26
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Autor

Rafael Román

Rafael Román es profesor universitario, miembro del PSOE, exconsejero de Cultura y expresidente de la Diputación de Cádiz

En román paladino

El autor aborda en su espacio todos los aspectos de la actualidad política tanto de España, Andalucía y la provincia de Cádiz.

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Entre los lugares comunes que se escuchan y se leen cada día está que la repetición electoral no servirá para nada. Error garrafal.   En determinadas circunstancias habrá merecido  más que la pena repetirlas. No se destaca lo suficiente que cualquier combinación de votos en el ahora disuelto Congreso de los Diputados precisaban los votos independentistas  de los partidos secesionistas -hasta ahora al menos-. Constituían la piedra angular de cualquier votación. ¿Es necesario recordar que fueron los votos de Esquerra Republicana de Cataluña y los del que ahora se presenta como un santo laico y republicano los que hicieron derrumbarse el proyecto de presupuestos generales para España  y, consecuentemente, la  terminación de la pasada legislatura?  No pensaron siquiera en lo beneficiosos que eran para Cataluña. Primaba el nacionalismo sobre la ventaja económica y el bienestar de los ciudadanos  españoles -incluidos los catalanes-.

Esquerra y Junts per Catalunya, en una competición permanente por ver quién es “más guay y más indepe”, no serán nunca socios de fiar para ningún gobierno español hasta que no concluya la crisis catalana. En los meses que vienen  - o mejor que hubieran venido - el gobierno español que hubiese salido de la  que devino  frustrada investidura hubiera dependido para  la propia investidura y para los Presupuestos Generales del Estado de 2020  de los secesionistas catalanes. El gobierno no hubiera pagado nunca el precio que el Estado no puede pagar. Por ello, la inestabilidad estaría asegurada porque la solicitud, la exigencia o la celebración ilegal de otro referéndum estaría cada día sobre la mesa.

Dos reflexiones. La primera. El presidente en funciones hizo bien en no aceptar cualquier acuerdo de investidura si no era con la abstención del PP o de Ciudadanos. La gobernabilidad de España no podía depender de un partido secesionista. Así han estado las cosas y por eso se va a nuevas elecciones. Es una decisión buena para el PSOE, para la  perdurabilidad de la Constitución y para España como Estado. La segunda. Resulta bochornosa la actitud de Ciudadanos y del Partido Popular con la repetición del salmo “arréglese con sus socios”,  incluyendo entre ellos a los independentistas. Han rezado para que saliese así, aunque fuera en contradicción con los predicados  -y voceados en cada esquina-  postulados por las derechas españolas. Que España se hunda,  que ya la arreglaremos nosotros era el esquema soñado.

Afortunadamente vamos a elecciones.

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