El abogado de los afectados, Antonio Viñas, destacó a este diario que “tanto Asemas, aseguradora de los arquitectos, como Corsan habían dado visto bueno” a la actuación y la aseguradora Musaat, de los aparejadores, está cerca de darlo”.
Después se llevó a cabo la junta general de propietarios en la que se acordó, por un lado, “la autorización de la comunidad para iniciar las obras” lo que supone “la autorización particular de los afectados por el realojo, para el inicio de los trabajos, para entrar en sus viviendas en su presencia, como paso previo al realojo”.
También se acordó contratar a la empresa Vorsevi, firma dedicada a dar fe del control de calidad de los trabajos y de la ejecución material de las obras”. Además, dicha empresa “dará fe del estado en el que se encuentra la totalidad de la fachada y el edificio en sí, para que no vuelvan a aparecer vicios ocultos”.
Esta labor, según Viñas, “se llevará a cabo en base a un estudio de todo el edificio para así constatar que el resto está bien ejecutado”.
Realojos
Por otra parte, con respecto al tema de los realojos de los propietarios afectados, según el letrado de los vecinos, “el administrador concursal ya ha localizado varias viviendas”. Por tanto, cuando estén todas conseguidas, “los realojos se efectuarán con 15 días de antelación al inicio de las obras de rehabilitación de la fachada del edificio”.
Con respecto al comienzo de la actuación, Viñas manifestó que “confiamos en que en el presente mes de octubre se inicien las obras, pero este asunto está pendiente de la decisión de la aseguradora de los aparejadores”.
Como ya adelantara EL FARO a finales del pasado mes de junio, esta construcción mantiene problemas estructurales en su fachada por una deficiente edificación. Los ladrillos ubicados en esta zona se están desmoronando con el paso de los años y la pared se ha deformado. Al parecer el problema actual del edificio deriva de una incorrecta construcción del forjado de la fachada que, al quedarse corto, podría haber sido completado con ladrillos.
Esta zona, transcurrido un decenio desde su construcción, se habría abombado lo que provoca que haya un riesgo inherente de desprendimientos. A pesar de que la estructura principal del edificio no corre peligro, la fachada exterior sí deberá ser demolida.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es