Jerez

José María Ruiz-Mateos hijo: "No tenemos nada, estamos arruinados"

Empresario denunciante: "Había criadas con cofia, porteros y chóferes, daban una impresión de abundancia a tope"

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  • Juicio. -

José María Ruiz-Mateos, hijo del empresario fallecido del mismo nombre, ha asegurado este miércoles durante su declaración ante la Audiencia Provincial de Baleares que tras la quiebra de Rumasa lo perdieron todo: "No tenemos nada, nuestras están casas hipotecadas, ejecutadas y embargadas; no tenemos absolutamente patrimonio de ningún tipo, a pesar de las calumnias, estamos arruinados".

La tercera sesión del juicio por una presunta estafa agravada por la compra del hotel Eurocalas en Mallorca ha empezado con su declaración y ha continuado con la de los hermanos varones Ruiz-Mateos que aun no habían declarado (Alfonso y Zoilo). Los tres han sostenido una postura similar a las de sus otros hermanos en la sesión anterior y han defendido lo "escrupuloso" que era su padre en el trabajo y han asegurado que no tienen "ni un euro ni patrimonio".

Tras ellos, ha declarado como testigo, Francisco Miralles, el empresario denunciante de la estafa. Ha explicado que antes de la compra de su hotel --el Eurocalas-- le escondieron detalles de la operación como que el hotel que los Ruiz-Mateos habían presentado como aval --el Cervantes-- ya había sido hipotecado.

En este sentido, Miralles ha asegurado que en todo momento trasladaban una impresión de "abundancia a tope" y ha puesto como ejemplo que cuando mantuvo reuniones con ellos en su casa de Somosaguas, "había criadas con cofia, porteros y chóferes".

También ha dicho que cerró la venta con el padre pero que luego negoció con los hijos.

Mostraban "apariencia de solvencia brutal"

 El denunciante de estafa en la compraventa del Eurocalas, Francisco Miralles, ha asegurado que vendió el hotel a los Ruiz-Mateos por confianza en el grupo Nueva Rumasa: "Cuando estuve en Jerez me dieron una apariencia de solvencia brutal y al cabo de unos meses toqué con las manos que no era así".

Miralles ha negado lo declarado por los seis hermanos, de que la operación la negoció su padre (fallecido en 2015). "Con él no negocié exactamente nada, lo negocié con los hijos. Yo realmente con quien negociaba era con Pablo y con Javier", quienes "llevaban el peso". Ha añadido que el empresario jerezano le dijo que "toda la familia estaba enterada de todo y que todos estaban de acuerdo con esta operación y encantados con ella".

El hijo del hotelero mallorquín, que también ha declarado como testigo en la tercera jornada del juicio, ha dicho al respecto: "Siempre hablamos con los hijos. El padre, visto ahora a posteriori, creo que era la figura que utilizaban ellos para dar cobertura a todo el asunto".

"Cuando yo estuve en Somosaguas, el padre venía para saludarte y despedirte, pero no intervenía para nada", ha añadido.

La venta se formalizó en julio de 2005 por medio de una de las sociedades del conglomerado, fue avalada por el empresario y sus hijos "como futuros herederos de todo el grupo", y también por otra sociedad que era propietaria de otro establecimiento, el Hotel Cervantes de Torremolinos. "Valía más que el nuestro y nos daba tranquilidad", ha añadido el hotelero que denunció el caso.

Ha detallado que le entregaron un balance que indicaba que el Hotel Cervantes estaba libre de hipotecas pero luego supo que fue hipotecado antes de formalizar la compraventa del Eurocalas. "Me lo escondieron totalmente, yo estaba tranquilo porque el hotel valía más que el mío", ha afirmado.

Cuando años después empezaron los impagos, los compradores alegaron que el Banco Santander "les había apretado" con la financiación.

Según Miralles, recibió indicaciones de Pablo Ruiz-Mateos: "Que no me preocupase, que ellos tenían dinero suficiente para hacer frente a nuestra deudas y que incluso si algún hotelero me llamaba para preguntar si cobraba, que dijese que cobraba y que tranquilizase a la gente que me conocía a mí y les conocía a ellos".

Cuando renegociaron los avales y sustituyeron la sociedad inicial por Clesa, no supo de los problemas de liquidez de esa empresa sino "totalmente lo contrario".

Ha relatado que en marzo de 2010 asistió a un cumpleaños familiar en Jerez y le dieron "una apariencia de solvencia brutal". "Al cabo de poco tiempo salió el concurso de Clesa y nos sentimos muy engañados", ha añadido.

El hotelero mallorquín ha relatado que cuando visitaba al empresario en Madrid: "Se notaba que vivían montados en el dólar porque había seguridad, tres o cuatro que te recibían...". "Allí se veían criadas con cofia, porteros y chóferes..., se veía abundancia a tope", ha contado.

El empresario mallorquín ha justificado la denuncia contra los Ruiz-Mateos en la pérdida de confianza: "Decidí poner la querella porque vi que no había otra solución porque me engañaron tantas veces que dije, 'no queda más remedio que la Justicia esclarezca todo lo que están haciendo, que me han engañado desde el primer día'".

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