Cuando el actor y cantante Frank Sinatra abandonó Torremolinos en 1964, tras haber rodado la película ‘El coronel Von Ryan’, jamás se imaginaría que iba a regresar al municipio que tan sabor agridulce le dejó. Ahora, 55 años después de su famoso “Jamás volveré a este maldito país”, ha vuelto, y esta vez, en forma de grafiti en un nuevo edificio de la calle Los Perros, en pleno corazón de La Carihuela. Sinatra está aquí y, esta vez, se queda.
El alcalde de Torremolinos, José Ortiz, fue el encargado de inaugurar el lunes este nuevo mural y explicó que “esta iniciativa encaja muy bien con lo que queremos hacer en determinadas zonas de la ciudad que es recuperar la historia y el patrimonio de Torremolinos y también que los edificios puedan contar las historias que han vivido”. Además de Frank Sinatra y Brigitte Bardot, el primer edil anunció que “tendremos más sorpresas en los próximos meses porque esta ciudad tiene una serie de relatos que contar y que son de interés. Los edificios, las calles y las plazas pueden hablar, por lo que utilizaremos las nuevas tecnologías para explicar a nuestros visitantes qué relación tiene un artista de la talla de Frank Sinatra, Brigitte Bardot o Ava Gardner con Torremolinos y, a partir de ahí, se puede realizar una conexión mayor con el turista que nos viene a visitar y ese relato histórico que nos interesa mostrar”.
El mural, que mide cuatro metros de ancho por ocho y medio de alto, es obra de los artistas Graffiti Media, Pablo Sánchez Herguedas y Sergio Jiménez Bermejo. Además, se ubica en un entorno que aún conserva antiguas edificaciones sobre solares que se han ido segregando, y que colindan -en muchos casos- con terrenos sobre los que quedan paredes medianeras blancas sin posibilidad de abrir ventanas.
El mural rememora el episodio protagonizado por el norteamericano en agosto de 1964 y en plena dictadura franquista. Sinatra acudió a cenar a La Parrilla, el restaurante-barbacoa del Hotel Pez Espada, que fue el primer hotel de lujo de la Costa del Sol, y a la salida un paparazzi intentó hacerle una fotografía junto a la actriz cubana Ondina Canibano.
El intento de montaje incomodó a Sinatra y el incidente acabó en una pelea a puñetazos que acabó con el actor en comisaría, donde maldijo a los agentes por tratarlo como un “criminal”. Al actor lo multaron con 25.000 pesetas de la época por desacato a la autoridad y lo llevaron directamente el aeropuerto tras lo que pronunció la frase que ha quedado grabada en la mente de muchos torremolinenses.
Arte e historia, de la mano
Con estas acciones, el Ayuntamiento de la localidad busca poner en valor, a través del arte urbano, su historia contemporánea, la que la convirtió en la meca de artistas de Hollywood, estrellas del pop y del rock, poetisas, literatos o pintores. El mural de Frank Sinatra se suma al que ya preside desde meses atrás el epicentro comercial y peatonal de la ciudad, la plaza Costa del Sol, y dedicado a Brigitte Bardot –otro de los iconos que visitaron Torremolinos-, obra que lleva la firma del gallego Nesui SRC.
De esta manera, pretenden hacer de la historia glamurosa de Torremolinos un valor y atractivo no solo turístico, también artístico y cultural, que narre el papel determinante que jugó el pasado siglo en el aperturismo social incluso durante la dictadura, además de su capacidad de atracción y tomando como referencia las figuras icónicas que han puesto sus pies en esta localidad que es capital de la Costa del Sol.
A los murales de Bardot y Sinatra se sumarán en los próximos meses los de Ava Gardner y el grupo Danza Invisible, historia viva de la ciudad y una de las bandas que formaron parte del entramado de la renombrada movida madrileña durante los años 80.
Códigos QR
Todas las obras, es decir, las dos anteriores y las otras dos que formarán parte de esta ciudad en los próximos meses, estarán dotadas de códigos QR que facilitarán el acceso al conocimiento, lo que además se convierte en toda una innovación.
La localidad compite así por entrar por derecho propio entre las ciudades referencias mundiales del arte urbano, entre las que se encuentran Melbourne, Los Ángeles, Río de Janeiro, Berlín, Barcelona o, sin ir tan lejos, Málaga, con las obras de Obey en el Soho de la capital. Las fachadas de sus espacios urbanos se convierten en grandes lienzos, que adquieren un nuevo valor añadido no solo para el turista y visitante, también para el vecino que ve cómo su ciudad va cambiando poco a poco. La historia más cosmopolita de Torremolinos se inmortaliza y recupera la memoria, puente entre el pasado y hacia el futuro más prometedor de este municipio que ahora dista mucho del pueblo pesquero que artistas como Ava Gardner, Brigitte Bardot o Frank Sinatra visitaron.
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