Alcalá la Real

Juan Hernández: “Estoy orgulloso del cine que he hecho con el corazón”

Nacido en Alcalá en 1966, Juan Hernández, tras 20 años de carrera, desarrolla hoy su labor cinematográfica en la industria norteamericana y México

Publicidad AiPublicidad Ai Publicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai

Juan Hernández, en una imagen reciente.

Fotograma de "El Ministerio del Tiempo", rodada en España en 2015.

Fotograma de "Her worst nightmare", película rodada en Kentucky, USA, en 2017.

Fotograma de "Secrets in Suburbia", película rodada en Kentucky, USA, en 2016.

Juan Hernández, durante un rodaje.

Fotograma de la película "Mis demonios nunca juraron soledad", filmada en México, en 1916.

Perfeccionista y enamorado de la imagen, Juan Hernández es un director de fotografía que se ha ganado un merecido prestigio a lo largo de las dos últimas décadas. Nacido en Alcalá la Real y hoy afincado en México, ha desarrollado una meteórica carrera como cinematógrafo independiente desde el año 2000, participando en producciones tan populares en España como la serie “El Ministerio del Tiempo”, pero también en proyectos incluso de mayor relieve fuera de nuestras fronteras, entre los que se hayan películas, anuncios o documentales en México, Estados Unidos, Canadá y otros muchos países.

En la actualidad, Juan Hernández es miembro de la Sociedad Española de Cinematógrafos, AEC y también de la Academia Española de Artes y Ciencias Cinematográficas, el organismo que cada año concede los premios Goya. Además, ha trabajado como fotógrafo para Unicef en África y ha colaborado desde 2015 como profesor de cinematografía en la Universidad Centroamericana de Managua, Nicaragua y la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla, México. Hoy lo entrevistamos para conocer más de cerca una trayectoria vital de película, nunca mejor dicho.

Lo primero de todo, ¿cómo un geólogo termina estudiando cine en el Centro Universitario de Artes TAI de Madrid?  Estudiando Geología en Granada me di cuenta de que pasaba más tiempo en los Multicines Centro que había en la Plaza de Gracia que en el laboratorio de Paleontología. Poco a poco me di cuenta de que me hacía más ilusión enfocar mi vida a la narración de historias con una cámara que a la ciencia geológica. Entonces ahí tomé la decisión de que mi vida iba a estar relacionada con la narración de historias, intentar hacer películas, si era posible mejor en Estados Unidos que en España, ya que me gustó mucho siempre el cine americano y me hizo ilusión imaginarme siendo algún día director de fotografía en una película estadounidense, y en eso me puse a luchar. Treinta años después de tomar esa decisión, soy lo que quería ser, un director de fotografía que básicamente trabaja en Estados Unidos, aunque también de vez en cuando en España y otros países.


¿Cómo se produce el salto a tu primer gran trabajo como director de fotografía en Canal+ y, más tarde, en RTVE? Cuando acabo de estudiar Cinematografía en el TAI, en Madrid, que era una de las mejores escuelas que había en ese momento, hoy quizá superada por la ECAM, también de Madrid, o la ESCAC, de Barcelona, que tienen nivel internacional, en ese momento no existía la opción de estudiar Cine más que en la Complutense, pero era básicamente Historia del Cine; no era realmente tocar las cámaras, las luces, editar, dirigir, actuar. Deseché, por tanto, la opción de estudiar Cinematografía oficial y opté, como digo, por el TAI. Al terminar tuve la suerte de que un profesor que había dado clase en el TAI, Javier Vergara, que había sido director de fotografía de “Farmacia de Guardia”, se fijó en mí, porque vio que le echaba ganas y que tenía buena actitud, y me recomendó para trabajar como director de fotografía en Canal Satélite Digital y Canal+. A partir de ahí fui haciendo contactos en televisión y también me salió trabajar en Televisión Española. Pero, en el año 2000, tras dos años y medio, decidí dejar la televisión, porque sentí que mi evolución artística se había detenido. De alguna forma, mi evolución técnica se detuvo en televisión y vuelvo a retomarla cuando dejo la televisión. A pesar de tener un sueldo estupendo, tuve el valor de dejarlo y me lancé a ser freelance, y a hacer cine, documentales, y cualquier tipo de filmación que implicase aventura, viaje, conocer otras culturas, conocer otras personas, y la verdad, a pesar de haber dejado aquella seguridad que implicaba la televisión, no me arrepiento, ya que eso me hizo ser más exigente para dar siempre de ti lo mejor, porque cuando eres freelance, o lo haces increíble o no te llaman para la siguiente. Ser freelance te da un plus de lucha en la vida que no te da otro tipo de trabajo artístico con un sueldo fijo. Me obligaba a aprender, a estar en constante formación y evolución. Fue lo mejor que hice en mi vida.

¿Ha cambiado mucho la profesión y el sector, desde que comienzas a trabajar en el año 2000 como cinematógrafo independiente? Ha cambiado radicalmente, ya que en estos últimos 19 años han ocurrido dos procesos trascendentales, la aparición de internet y la aparición del cine digital. La aparición de internet supone una transformación a nivel global, y obviamente, también transforma el cine. Antes, para tener los conocimientos necesarios, y no hacer el ridículo a nivel técnico en una filmación, necesitabas años y años de formación. Siempre los más viejitos en las filmaciones eran los directores de fotografía, que eran una especie de magos o sabios, con el pelo blanco, que conseguían casi magia con su técnica y su arte. Eso ya no ocurre. Hoy los directores de fotografía tienen 25 ó 30 años. Esto se debe a que el cine digital hizo mucho más sencilla la captación de imágenes. Ahora, cualquiera con cuatro o cinco conocimientos básicos que aprendes en un mes en Youtube puede aventurarse a hacer una filmación. Cualquiera que se lo proponga puede ser director de fotografía sin haber ido a una escuela y sin haber estado nunca en una filmación, simplemente con cuatro tutoriales en Youtube, porque Youtube es una fuente de aprendizaje enorme. Antes pasábamos años para tratar de aprender de nuestros maestros. Lo que antes se tardaba en aprender cuatro años ahora lo puedes aprender en un mes. Hoy cualquiera puede ser cineasta, con mayor o menor éxito, lo que pasa es que ahora la competencia es bestial. Cuando yo tenía treinta años, competía con cien directores de fotografía en España, hoy compito con miles en Estados Unidos, México, España, etc. Es mucho más difícil conseguir proyectos. Se democratizó la imagen, y hay gente que opina que fue para mal, porque piensa que se trabaja con menos rigor. Yo creo que fue bueno, porque también se trabaja con más libertad, pero, a los directores de fotografía que ahora tenemos cincuenta años, nos obliga a estar en continua transformación tecnológica. O aprendes cada día de todo, o te quedas fuera del mercado y ya no te quieren, porque siempre va a haber gente que hace un tipo de fotografía más moderna, más actual y cobrando la mitad de lo que tú cobras.

Tu nómina de producciones es impresionante, pero sobresalen nombres por la enorme popularidad alcanzadas, como “El Ministerio del Tiempo”, ¿cómo fue la experiencia de trabajar en esta célebre serie de TV? Bueno, esta tiene obviamente mucha relevancia en España, pero he filmado proyectos igual o más importantes que “El Ministerio”, tanto en Estados Unidos, México, Canada, Hungría, etc. He tenido la oportunidad de filmar grandes historias en otros países que posiblemente no tuvieron la misma repercusión en España que esa serie, sobre todo a nivel de seguidores. Lo que más destaco de esa producción fue la profesionalidad del equipo, la disciplina enorme a nivel de producción. Nadie se retrasaba ni un segundo. Me sorprendió ver el nivel de profesionalidad que había adquirido la industria del cine en España. Luego, todos los que participábamos en la serie éramos gente que llevábamos años haciendo cine, lo cual se transmitió en la calidad final.

¿Y el trabajo del que estás más orgulloso? Estoy muy orgulloso del cine que he podido hacer con el corazón, de las películas, documentales, anuncios, videoclips, cortos, etc. en que había una pasión por contar una historia, y no tanto una necesidad del productor de ganar dinero. Títulos que casan con este perfil, a nivel de películas, por ejemplo un western, filmado entre Chihuahua y Sonora, titulado “Mis demonios nunca juraron soledad”. También estoy muy orgulloso de una película filmada entre Canadá y Nicaragua, que se tituló “The First”. Fue una aventura enorme filmando en la selva, una gran experiencia vital, y además, posteriormente, me abrió las puertas del gran mercado americano, que era mi gran ilusión. En Estados Unidos, he disfrutado mucho las filmaciones, me han aportado mucho, pero han sido siempre proyectos de cine norteamericano, más comerciales. Aún no he hecho la gran película norteamericana que me haga sentir bien, que haya sido ese super-guión que a mí me conmoviese por dentro. En cuanto a documentales, puedo destacar “Kingdom of Shadows”. También es muy importante el proyecto que voy construyendo con mi mujer en Unoenlouno Films, sobre mujeres indígenas.

Finalmente, ¿qué puedes adelantarnos sobre tus proyectos a corto y medio plazo? Puedo destacarse un proyecto de autor, un drama, que se filmaría en el valle de Bravo, en México, y una comedia que me han ofrecido en Miami. Tendré que elegir una de las dos, porque no tendré tiempo de hacer ambas…

Puedes saber más sobre Juan Hernández en su página web oficial: https://juanhernandezcinematographer.com/

 

Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN