El Marco de Jerez ha cerrado esta última semana en buena parte de las viñas la que en el seno de Asaja ya califican como “una de las peores” vendimias de los últimos años. Así lo asegura el presidente de la organización agraria, Francisco Guerrero, que si bien reconoce que la caída en la producción no les ha pillado por sorpresa, pues vaticinaban un descenso de en torno al 25 por ciento frente a la cosecha de 2018 fundamentalmente debido a la falta de lluvias, la realidad todavía ha tirado más por tierra sus previsiones. “Nuestras estimaciones no se están cumpliendo y vamos a terminar con un 40% menos”, añade Guerrero, que tiene claro que la cifra final será “bastante inferior” a los 60 millones de kilos a los que calculaban que podían llegar. Teniendo en cuenta que el pasado año el resultado definitivo fue de 83 millones de kilos, el balance es bastante pesimista.
“No es un año bueno para el viticultor, y de cosechas va a ser una de las peores en cantidad y en calidad, y eso que en calidad esperábamos que fuera un buen año, pero la realidad no va a ser así, al menos para el viticultor”, detalla. Para más inri, el fuerte levante de la semana pasada ha complicado aún más las perspectivas. “El gran problema es que no llueve desde enero, la cepa está viviendo de lo que está en los racimos y la hoja se está secando, han venido días de rocío, pero no han sido suficientes, y con este levante”, detalla.
Otro de los problemas que se les ha presentado ha sido la excesiva gradación de azúcar, que ha estado por encima de los 13 grados Baumé, de la misma forma que la acidez también está resultando muy alta. En consecuencia, como advierte el presidente de Asevi-Asaja, las pérdidas se están dando tanto con las variedades de Palomino, con más de un 40% de descenso, como en las variedades tintas, donde las consecuencias son aún peores, con un 50% de pérdidas. Lo peor de todo es que los viticultores no encuentran un buen aliado en el precio, al contrario puesto que “no han subido nada, lo cual se traduce en más pérdidas para el viticultor en una vendimia que no va a destacar ni en calidad, ni en cantidad, ni en duración, pues también va a ser una de la de las más cortas, y han ido a menos también en cuanto a rendimiento. Las labores de recolección propiamente dichas comenzaron semana de mediados de agosto para las grandes bodegas (González Byass, Fundador, Estevez y Barbadillo), generalizándose la pasada semana, cuando se incorporaron las cooperativas de Sanlúcar y Trebujena, mientras que en Chiclana no han comenzado hasta esta última semana. Más optimista se muestran en el seno del Consejo Regulador de Vinos.
En declaraciones a Efe, su director César Saldaña, asegura que la actividad está “muy generalizada” al entrar en funcionamiento 31 de los 32 lagares de bodegas inscritos en la citada entidad, y “sin incidencias” destacables- En la Casa del Vino estiman que se recogerán finalmente alrededor de 65 millones de kilos de uva, aproximadamente un 25% menos en la producción que en 2018, cuando se obtuvieron unos 80 millones de kilos de uva. Eso sí, en la misma tónica de Asaja, Saldaña ha calificado de “rara” la actual vendimia debido al año agrícola seco que se ha experimentado en la zona, donde han caído 400 litros de agua por metro cuadrado “sobre todo en invierno de 2018”, en lugar de los 600 habituales, y que ha hecho que se haya producido esa disminución en la producción de la uva. También destaca Saldaña que el hecho de que la uva esté llegando a gradaciones altas, por encima de los 12º Baumé “y con bastante acidez”, va a posibilitar que los mostos de este año sean “excepcionales”.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es