Esta campaña oleícola 2018/2019, de récord productivo en España, de bajos precios en origen del aceite de oliva y de un más que previsible elevado enlace de campaña, ha motivado que el sector productor haya dado un paso hacia adelante para impulsar la novedosa iniciativa de explorar la vía de la autorregulación de la oferta para acompasarla a la demanda.
Y ello con el fin de dar cierta estabilidad a un mercado oleícola complejo, ya de por sí volátil y con pronunciados dientes de sierra en sus cotizaciones entre unas campañas y otras y que está siempre pendiente de las condiciones meteorológicas cada año y de cómo se presente la cosecha en los principales países productores.
El sector productor quiere organizarse y contar con una regulación efectiva de la oferta de los aceites de oliva, por lo que quiere disponer de mecanismos de regulación que ajusten la oferta a la demanda, contribuyendo con ello a darle estabilidad y a que los precios estén en la senda de lo razonable, no por debajo de los costes de producción como está sucediendo gran parte de esta histórica campaña en términos productivos en España.
A título de ejemplo, con la tendencia de precios seguida a lo largo de esta campaña, la provincia de Jaén, el territorio más productor de aceite de oliva del mundo, ha dejado de ingresar 700 millones de euros como consecuencia de la crisis de precios de este producto, según los cálculos efectuados por el consultor estratégico y experto oleícola Juan Vilar.
Cooperativas Agro-alimentarias abandera esta propuesta, que respalda el sector productor y el Ministerio de Agricultura, por lo que trabaja con el Ministerio y con la Comisión Europea para que tenga seguridad jurídica, sea viable para que en situaciones excepcionales se pueda retirar del mercado o inmovilizar parte de la producción cuando haya grandes cosechas y ello sin entrar en colisión con las normas de competencia.
Fundamenta la propuesta en el artículo 209 del Reglamento de la Organización Común de Mercados, y los fines están sustentados en que los productores tengan unas rentas dignas y razonables por producir la principal y más saludable grasa vegetal, garantizando así una menor volatilidad de los precios y estabilizando el consumo.
Este mecanismo de autorregulación para almacenar temporalmente aceite de oliva de una determinada calidad tendría carácter voluntario hasta tanto se consigue el equilibrio entre la oferta y la demanda, según se sostiene desde Cooperativas Agro-alimentarias.
E incluso en el marco de las negociaciones para la nueva Política Agraria Comunitaria España ha solicitado que la reglamentación comunitaria incorpore un dispositivo que permita una retirada obligatoria de aceite de oliva por parte de todo el sector, no sólo de las cooperativas, según señala el Ministerio de Agricultura, una vez que entre en vigor la nueva PAC y cuando las condiciones de desequilibrio del mercado lo requieran.
A la vista de las reuniones, del análisis de los datos y del estudio de esta propuesta, la Comisión Europea tendrá que pronunciarse y emitir una resolución que Cooperativas Agro-alimentarias espera que sea favorable y se pueda activar este mecanismo de autorregulación si persisten entonces las condiciones de bajos precios en el mercado del aceite.
Y todo ello con parte de un sector productor (COAG y UPA) que anuncia que en el próximo mes de septiembre volverá a movilizarse, esta vez en Madrid tras las protestas en Jaén y en Sevilla, para reivindicar a las administraciones soluciones a la crisis de bajos precios del aceite de oliva y en defensa del olivar tradicional.
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