Son más de 45 universitarios gaditanos, algunos de ellos de La Isla, que el próximo 20 de agosto verán cumplido en Montmeló un sueño apasionante que iniciaron hace dos años y medio: ver en pista su coche de carrera de Fórmula Uno. En efecto, el equipo Fórmula Gades hará debutar fu FG01 en una competición universitaria de prestigio internacional como es la Fórmula Student Spain.
El año pasado llevaron el diseño del coche y este año el fórmula uno ya acabado. Su sede central está en el Centro de Empresas e Innovación de la Bahía de Cádiz en El Puerto de Santa María en el polígono de Las Salinas.
El trabajo bien hecho ha empezado a obtener su recompensa como ha sido recientemente la concesión de un accésit en los premios atrÉBT! de la Universidad de Cádiz por su proyecto vinculado al mundo empresarial. Confían seguir por dicha senda del éxito en tierras catalanas este mes de agosto.
Ángel Carballo, team manager del equipo, explica cómo se fraguó dicha iniciativa. “La intención de este proyecto es que los que estamos inmersos en él consigamos algo que nos dé una formación extra de conocimiento y de práctica que antes no podíamos tener en la Universidad. Se trata básicamente de fabricar un coche y se hace realidad gracias a la pasión de varios miembros del equipo que estaban estudiando en la Escuela de Ingeniería y, a partir de ahí, vimos que existía una competición, que se llama la Fórmula Student en la que los equipos diseñan y fabrican su propio monoplaza de competición. Es como si fuese la Fórmula Uno pero en una competición entre universidades. Vimos abierta esa puerta y nos dimos cuenta de que ahí había algo que nos puede permitir salir teniendo unos conocimientos de los que, quizás todavía, faltan por adquirirse en la Universidad”.
Todo ello ha ido provocando que en los dos últimos años, que es el tiempo que llevan invertido, hayan crecido en formación y sean más 45 los alumnos de la UCA que estén poniendo su granito de arena para que el monoplaza esté completamente acabado estas próximas semanas.
Se trata de una iniciativa multidisciplinar que engloba varias especialidades universitarias. De hecho, ahora mismo están involucrados en el proyecto alumnos de todas las ramas de la Escuela Superior de Ingeniería, Administración de Empresa y de Marketing, entre otras.
Es el caso del isleño Raúl Genil Rodríguez, que cursa Administración y Dirección de Empresa y es otra de las patas de dicho proyecto. Él mismo detalla cuál es su labor dentro del grupo.
“Un equipo necesita financiación y esa parte corresponde a las empresas. Una persona de empresariales como yo que sepa manejar negocios tiene que lograr patrocinadores, tiene que saber comprar las piezas de los coches, cuáles son mejores, negociar con los proveedores…, y de eso es de lo que nos encargaremos nosotros en el futuro cuando salgamos al mercado laboral”.
A nivel de competición, como es el caso que les va a ocupar este mes de agosto en Montmeló, su función se centrará en trazar un plan de negocio.
“Creamos como una empresa relacionada con el mundo del motor y básicamente es decir qué queremos vender, cómo lo queremos vender y provocar con ello que los jueces de dicha competición se interesen por nosotros”, afirma Raúl.
La reválida la tendrán el próximo 20 de agosto en tierras catalanas cuando afrontarán su participación en la Fórmula Student Spain. Una competición que durante todo el año se desarrolla por todo el mundo y cada equipo universitario lleva un coche “o intento de coche”, como indica Raúl Genil, que realiza pruebas de rodaje por el circuito, de resistencia, de aceleración. Aparte, hay otros apartados en los que se concursa como son la presentación de un plan de negocio vinculado a la Fórmula Uno; explicación de las piezas del coche y su montaje, etc. Ello hace que se vayan sumando puntos por cada prueba y se lleva el gato al agua el que más sume.
“El ganador se lleva financiación, obviamente, se lleva prestigio o nuevos patrocinadores. Por ejemplo aquí en España uno de los que ha estado hasta hace poco ha sido la Seat, también está Nissan o en Alemania está Mercedes…, y son empresas que al final lo que hacen es apostar por este tipo de competiciones porque ven que aquí se está formando futuro para sus empresas, tanto a nivel de Fórmula Uno como de automovilismo comercial”, indica Ángel Carballo.
Uno ya trabaja en F1
Sobre todo, para ellos se abre un tremendo escaparate de cara a su futura incorporación en el mercado laboral actual en empresas importantes del sector. Incluso uno de los integrantes del equipo está ya trabajando para la Fórmula Uno. “A todos nosotros nos une el mundo del motor y de la competición y que un compañero nuestro haya llegado a trabajar en un equipo de la Fórmula Uno, pues eso es el sueño de todos. Ya nos alegramos por él y, además, vamos con más ganas a apostar por este equipo para llegar a lo más alto”, indica Raúl.
Las jornadas de trabajo están siendo intensas en estos últimos días, puesto que están en la fase del ensamblaje del coche tras haber fabricado casi todas las piezas. Son 24 horas de trabajo diarias, prácticamente sin descanso. Sin embargo, y aquí está el quiz de la cuestión, necesitan algo de financiación para lograr las que faltan. “Nuestras fuentes de financiación son los patrocinadores, la Escuela Superior de Ingeniería y la Universidad de Cádiz, pero aún así nos sigue faltando más inyección económica para comprar esas piezas menores que faltan”, afirma el team manager.
Raúl Genil daba detalles sobre cómo se coordina a tanta gente la hora de trabajar. “Es bastante difícil y tenemos que ponernos de acuerdo todo el mundo. Mi parte, por ejemplo, es algo independiente, vamos al taller a ayudar un poco, pero en nuestro caso, que formamos la parte de business, nos reunimos al lado del taller y allí juntamos ideas. Ya luego, en el caso del coche, trabajan de manera conjunta los que se encargan de parte de electrónica con los del chasis y el motor. Cuesta un poco de organización, pero lo llevamos bien”.
Y es que, aunque el resultado final sea un coche de Fórmula Uno, lo cierto es que son muchas las secciones que aportan su granito de arena. Así, hay secciones de aerodinámica, motor, chasis, electrónica, suspensión y dirección de frenos, bussines, marketing, calidad, información, junta directiva, etc… “Lo difícil es que todas hagan cosas diferentes, pero al final todas aparezcan reflejadas en un coche y funcionando. Entonces suele pasar que una sección diseña una pieza y esa pieza choca con otra de otra sección, o no funcionan bien en conjunto y esa es quizás la parte más difícil”, comenta Ángel. Para ello trabajan como una empresa más, con reuniones periódicas, sistema de gestión on line y, de lo que se trata, es asemejarse lo máximo posible a un equipo de Fórmula Uno.
Como se ha reseñado con anterioridad, el proyecto lleva fraguándose dos años a cocción lenta. Dos años en los que se ha trabajado en el desarrollo y aprendizaje, “ya que nosotros partimos de cero. No teníamos conocimiento en aquel momento para hacer un coche. Teníamos que tener un recorrido con el diseño de las piezas, la fabricación y cuando hemos visto que ya estábamos preparados hemos empezado el desarrollo. El año pasado en Barcelona participamos en las pruebas de diseño y de coste, logramos buenos resultados y quedamos incluso por encima de algunos equipos que estaban por encima de nosotros. Ello nos dio confianza para que lo estamos haciendo ahora que es desarrollar un coche de cero, pero un monoplaza que va a funcionar y va a salir a la pista”, indica Ángel Carballo. Un proyecto que, a nivel de costes, ha supuesto un desembolso que va a oscilar entre los 20.000 y los 30.000 euros.
El único punto de desencuentro, entre comillas, de los integrantes del equipo es quién va a ser el piloto el próximo 20 de agosto en Barcelona, ya que a todos los encantaría subirse en el Fórmula Uno. El team manager reconoce que “es una decisión difícil. Lo que hacemos es estudiar qué perfiles hay dentro de nuestro equipo para ser pilotos, porque al final los que desarrollan el coche son los que conocen el coche, entonces lo que queremos durante los primeros años es que se monte alguien que lo ha diseñado. Esa persona es capaz de ver los posibles fallos y nos permite leer un poco el coche en pista. Este año llevamos a cinco pilotos, porque la competición nos obliga a tener entre 4 y 6. Uno de ellos es titular y el resto va a ir rotando dependiendo del desgaste de los días. Buscamos además una persona que esté en forma, que tenga buenos reflejos, que quepa en el coche”.
De nuevo en 2020
Y es que el futuro del Fórmula Uno que están a punto de culminar no termina el próximo 20 de agosto en Barcelona, sino que en años venideros el objetivo es seguir mejorándolo. “La idea es volver a competir de nuevo en el 2020 y tratar de conseguir mejor puntuación”, señala Raúl Genil, quien añade que “a medida que vayamos mejorándolo, comenzaremos la fabricación de un segundo coche y éste lo mantendríamos para que la gente el futuro pueda ver cómo fueron nuestros comienzos en el equipo”.
Para ellos esta aventura iniciada se va a convertir prácticamente en un máster, pero no universitario, sino de vida, de la realidad del día a día. Así lo ve Ángel al indicar que “estamos trabajando 24 horas, sin horario, sin remuneración y lo que le ponemos es mucha pasión y muchas ganas. Al final lo que hacemos es buscarnos la vida. Cuando sales de la Universidad muchas veces no se ve completamente lo que es la realidad del mundo laboral y aquí te das cuenta de las muchas dificultades que hay en el camino, problemas unos tras otros, tienes que llamar a contactos, tienes que atreverte a hablar con gente que tiene unos cargos de mucha relevancia en sus empresas…, todo ello te permiten darte cuenta de lo que es la realidad y te permite formarte y prepararte para lo que viene después de la Universidad. Al final cuando terminas te das cuenta que te ha servido para aprender, que eso es muy importante, y también para hacer un coche que va a correr en pista, va a representar a Cádiz, a Andalucía y a España en una competición internacional eso, por lo menos a nosotros, nos lleva de orgullo y seguro que a las empresas que nos apoyan también”.
Raúl Genil señala que “en mi caso, lo que es mi parte, nosotros vamos allí sin un coche. Nosotros hemos creado una empresa y ahora nos toca venderlo. Esto nos ayuda para la vida real como, por ejemplo, para buscar patrocinadores o de ir a una empresa y vender el equipo lo mejor posible, que vean el potencial que tenemos. Vamos a Barcelona a ponernos delante de un juez para convencerle de que un coche, que no tenemos y no hay nada escrito legalmente, decida que va a apostar por nuestro sueño”.
Un legado intangible para futuros universitarios
Por último, reseñar que ellos han abierto una senda ilusionante ya que no se trata de un equipo cerrado, sino que cada año van a ir entrando nuevos universitarios de cualquier rama para participar el en proyecto y van saliendo los que terminan sus estudios. De hecho, el primer año recibieron más de 110 solicitudes sólo de la Escuela Superior de Ingeniería y, como cualquier empresa que se precie, tuvieron que crear un departamento de selección de personal que se encarga de hacer las entrevistas valorándose mucho cuestiones como el trabajo en equipo, compañerismo, pasión o capacidad resolutiva ante los problemas.
“Nosotros tenemos nuestros perfiles bien definidos y nos gustaría que entrasen todos los que se presentan al proyecto, pero es una opción inviable y tenemos unas pautas marcadas a la hora de elegir”, indica Ángel Carballo.
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