Leocadia Benavente
Antes, los políticos decían enterarse de los escándalos por la prensa. Cada vez que el telediario abría con un tema de corrupción, salía el Ministro de turno diciendo que no sabía nada y que se había desayunado la noticia con los periódicos de la mañana.
Algo así nos pasó en Vox el otro día cuando al no poder acudir ni Juan Carlos Sanz ni yo misma a la Junta de Portavoces municipal por cuestiones laborales, no sabíamos que yo había sido propuesta para ser vicepresidenta de Apemsa, cargo no remunerado y no exento como el resto del de consejeros de responsabilidad personal y patrimonial.
Dicen que en la época de Franco y Suárez, te mandaban un motorista para darte un cargo. Ahora, con smartphones la cosa se entendía modernizada. Pero el caso es que ni una llamadita, ni un WhatsApp para comunicar y preguntar opinión sobre tal designación. Incalificable.
Calificable, pero no es cuestión de ofender el mantra del portavoz de Ciudadanos, Curro Martínez, sobre que no se ha sentado con Vox. Para empezar, sí se ha sentado en Alcaldía, lo que pasa es que como no abrió la boca, lo mismo él considera que no cuenta.
En la reunión estaba, aunque su presencia no había sido anunciada. Yo, por mi parte, interés de hablar con él por ahora ninguna, porque para hablar, algo hay que saber, y en el “tema”, el señor en cuestión no es que esté verde, es que está amarillo chillón. No sé si es que una se va haciendo mayor pero yo aquí veo mucho niñateo.
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