Una avería en el sistema de climatización del Alcázar ha provocado un vertido de agua sobre un cuadro cedido por el museo del Prado y que cuelga en el Salón del Almirante, aunque afortunadamente, según la versión oficial, el lienzo no ha sufrido daños. El suceso denotaría un deficiente mantenimiento de los equipamientos del palacio real en uso más antiguo de Europa y declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Desgraciadamente, se suma a un rosario de incidencias que se han podido conocer en los últimos tiempos, como la caída de la rama de un palo borracho que causó la muerte a un visitante sevillano, el robo de las monedas en los baños de María de Padilla, la venta de entradas ilegales o a precios fraudulentos… a lo que hay que añadir el visible deterioro de yeserías, artesonados y azulejos, que precisan de una urgente restauración.
Mientras el monumento convertido en gallina de los huevos de oro del turismo local se degrada cada vez más, se mantienen sin tocar los 16 millones de euros de sus cuentas en los bancos con la excusa de la regla de gasto impuesta por el Gobierno, lo cual no es óbice para que se le detraigan tres millones para el ICAS municipal, de cuyo uso no se rinden cuentas. La gran paradoja es que siendo el monumento más rico de todos, no se puede disponer de su dinero para su mejora y rehabilitación. ¿Cuál será la próxima incidencia que sufrirá?
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