Provincia de Cádiz

“A la Junta le digo que sabemos gestionar y que lo hemos demostrado”

Irene García vuelve a presidir la Diputación de Cádiz por segundo mandato consecutivo y tras una etapa en la que el PSOE parece haber apaciguado las aguas

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  • “La Diputación no puede acabar con el desempleo, pero sí debe aportar, sumar”
  • “Los cuatro años del PP en la Diputación han quedado sólo en una anécdota”

Antes y después de las elecciones municipales hubo incertidumbre de quién podría presidir la Diputación y al final usted volvió a salir elegida candidata con el apoyo mayoritario de la militancia aquí en Cádiz. ¿Temió un golpe de mano desde el PSOE Federal?

“No me alegra que hayan tenido que pasar casi cuarenta años de la etapa democrática para que una mujer presida la Diputación”

— Sinceramente no. Es cierto que hubo un momento convulso respecto a las listas al Congreso y al Senado pero también lo es que se habían abierto importantes vías de diálogo, consenso y cooperaciones entre las direcciones federal, regional y provincial que anticipaban que no habría ningún tipo de alarma. Estaba tranquila porque tenía dos grandes avales.  El primero es el apoyo de la militancia. Nuestro último Congreso Federal otorgó una capacidad de decisión activa a  los militantes  para participar en decisiones que tuvieran que ver  con las personas que fueran a liderar nuestros proyectos e instituciones. El comité provincial del partido avaló mi propuesta con casi el 98 por ciento. De la misma manera creo que nos ha avalado, y no a mí sino al proyecto de la provincia, los resultados de las elecciones, donde el PSOE las ha ganado todas y bien. El resultado de las municipales no eran solamente el recibir el aval de la gente de tu partido, sino que era por parte de los ciudadanos y eso da una idea de que había que continuar con un proyecto al que yo sí me sumo a que sea más integrador, en el que se incorporen cada uno de los compañeros y compañeras del partido. Esa suma no sólo es positiva sino que permite aportar la experiencia de mucha gente que tiene que estar dentro. Ese ha sido el final de esa historia, que sí que es verdad que estando en un partido como el nuestro que además de ser muy democrático tiene unos procesos muy participativos, da lugar a muchas páginas en muchos medios.

Se dice que José María Román ha sido impuesto.

— Niego la mayor y sobre todo por la propia figura de José María Román. ¿Alguien puede sospechar que se imponga a una persona con una trayectoria política reconocida además por sus ciudadanos en multitud de elecciones a las que se ha presentado y liderado? Para mí en absoluto es una imposición. Es un elemento para agradecer y va a permitir que el equipo tenga una afluencia aún mayor de talento, de ideas y experiencia. Es una persona que lleva liderando un proyecto y que además lo ha hecho avalado por una gestión donde la decencia, la  honestidad y transparencia le han acompañado. Cuando escucho eso de las imposiciones es como infravalorar la gestión de alguien que va a venir a aportar muchísimo al gobierno de la Diputación.

Cuando fue elegida secretaria general del PSOE gaditano había cabañistas, pizarristas, romanistas. Ahora quedan susanistas y pedristas. ¿Se puede acabar con los 'ismos' en el PSOE gaditano?

— En la provincia hay socialistas. Esos son los únicos 'ismos' a los que me he dedicado y voy a dedicarme. Fue uno de  mis compromisos y espero tener la fortuna de que me sigan acompañando los militantes del partido para  acabar con las etiquetas, con las familia y las cuotas y hacer un proyecto de equilibro e integrador. Sé que es muy complicado que los cerca de 5.400 militantes que tiene el PSOE en la provincia estén de acuerdo al cien por cien y más en un partido tan democrático que vive muchos procesos participativos de manera tan directa. Pero más allá de eso, entiendo que hay un único proyecto socialista en la provincia, que además ha sido respaldado fundamentalmente en cada uno de los pueblos de una manera muy importante.

¿Qué aportó el PP en sus cuatro años  al frente  de la Diputación?

— Lo que aportó lo valoraron los ciudadanos. El PP pasó de una mayoría absoluta en la Diputación a una minoría. Durante estos últimos cuatro en los que hemos estados al frente de la Diputación no sólo le hemos dado un giro enorme a su gestión, sino que probablemente ya hemos olvidado incluso los episodios en los que no ayudaron a los ayuntamientos más pequeños. Esa evaluación la debería de hacer el propio Partido Popular. Hoy ya nadie recuerda ningún hito, ningún logro, ningún proyecto importante de sus cuatro años de gestión y sin embargo a mí me van a recordar por el primer consejo de alcaldía, por el primer plan de empleo que ponía la Diputación, por reinvertir un superávit en cada uno de los municipios y por cuestiones que ya lo ayuntamientos, especialmente los más pequeños, entienden como propio. Antes de que terminará el anterior mandato dije que ya ningún presidente o presidenta de la Diputación se atrevería a quitar ese plan de empleo para los ayuntamientos más pequeños, ya nadie se atreverá a suprimir un consejo de alcaldías que se ha convertido en un magnífico termómetro para conocer la realidad y debatir de los problemas de los municipios. Esos cuatro años han pasado a ser una anécdota.

¿Qué va a cambiar en el nuevo mandato?

— Hay cosas que cambiarán pero lo fundamental continuará. Hace cuatro años hicimos la gran revolución de ese cambio político en la gestión de la Diputación. Tengo el aval de la ciudadanía de que se estaba haciendo bien y tengo que reconocer que me siento apoyada por los alcaldes y alcaldesas de la provincia.

Vamos a seguir convirtiendo a la Diputación en una herramienta útil para los municipios más pequeños, que garantice sobre todo la suficiencia económica para que puedan desarrollar esos servicios públicos en los pueblos más pequeños, que es donde hemos dedicado la mayor parte de esos dineros públicos.

No quiero obviar que son más de sesenta millones de euros los que hemos destinados durante estos últimos cuatro años para combatir el desempleo y lo hacíamos porque entendíamos que era nuestra obligación. La Diputación no es por sí sola la solución pero  tenía que poner de su parte y aportar recursos para combatir el desempleo y sobre todo combatir lo urgente.

En esa herramienta útil entendíamos que la Diputación tenía que abrir las puertas y convertirse  en esa cámara de los alcaldes y alcaldesas donde recibiéramos diariamente a cada uno de ellos para intentar solucionar sus problemas.

Otro elemento que nos preocupa es contribuir a eliminar la  brecha desigual entre los municipios grandes y los más pequeños. La Diputación debe aportar recursos para evitar que haya más desigualdades por vivir en un ámbito rural. Queremos que cualquier persona que quiera poner en marcha una iniciativa empresarial, pueda hacerlo en su municipio en igualdad de condiciones con independencia del tamaño del pueblo o del número de habitantes.  Habrá otra parte importante que empezamos hace cuatro años y es que la  Diputación sea un foro político para defender los intereses de la provincia, para que  los agentes económicos y  sociales se sientan representados por una institución que tiene que alzar la voz en determinadas ocasiones tanto en Sevilla como en Madrid.

¿Está contenta con el nuevo equipo de gobierno?

— Sí. Creo que es un gobierno muy solvente y que tiene mucha más experiencia, no sólo porque parte de los diputados la tienen de estos últimos cuatro años sino que las nuevas incorporaciones son personas que conocen muy bien la realidad municipal y la provincia.

En cuanto al pacto con La Línea 100x100 ¿no teme que al ser un partido muy localista haya cierta envidia de que se dé todo a La Línea y el resto se quede relejado?

— Si por algo se ha caracterizado el anterior gobierno y por tanto esta presidenta es que el sectarismo y la utilización de los recursos públicos de manera partidaria se eliminaron.

Hace cuatro años hicimos un blindaje a determinados municipios, más allá del color político que fueran, porque tenían una situación económica delicada que hacía peligrar sus servicios públicos. Recuerdo Prado del Rey, Puerto Serrano, Tarifa. Le he hablado de un ayuntamiento del PP, de un ayuntamiento del Partido Socialista, de otro  gobernado por un tripartito como lo fue Tarifa y los hemos ayudado en igualdad de condiciones porque tenían unas circunstancias excepcionales.

Lo que si traslada el alcalde de La Línea y yo comparto es que todas las instituciones se deben volcar con una población que tiene unas circunstancias excepcionales para nada comparables con ningún otro municipios.  Estamos anticipándonos a determinadas medidas que ya  se empiezan a tachar que supondrán una desigualdad con respecto a otros pueblos y yo ya adelanto que no y el que tenga dudas que se lea el pacto de gobierno que está publicado en la página web, donde no hay ningún elemento que vaya a distorsionar la relación en igualdad de cualquier otros ayuntamiento de la provincia.

Si en el pleno se presenta una moción para apoyar que La Línea sea ciudad autónoma, ¿qué harían los diputados del PSOE?

 — No apoyarla y le digo que no forma parte del pacto. Estamos en contra de esa declaración y lo hemos manifestado en multitud de ocasiones. Con lo que sí estamos de acuerdo es con la declaración de una singularidad especial desde el punto de vista fiscal para La Línea. Entendemos que la situación que le afecta por su cercanía con Gibraltar, las repercusiones que tendrán el Brexit y otras cuestiones, hacen que tengamos que hablar de una situación excepcional.

¿Teme que las relaciones con la Junta ahora que gobierna el PP con Cs no sean  buenas como en la etapa del PSOE?

 — Lo que le pido  es lealtad con esta provincia, que ha sufrido mucho vaivenes cuando el Partido Popular ha gobernado en Madrid y sobre todo ha sufrido la soledad absoluta por parte de las instituciones a la hora de materializar sus infraestructuras. Les pido que no sólo sean leales, sino que además se pongan a trabajar. Ese mal llamado gobierno del cambio, en el que incluso se oculta a algunos de sus socios pero que sabemos que es la tercera pata del gobierno aunque todavía no estén sentados en San Telmo, arroja una evidencia que se ha podido comprobar en estos cinco meses de la Junta por parte del Partido Popular, Ciudadanos y Vox. Lo digo porque no ha habido ningún avance en ninguna infraestructura importante, no ha habido ninguna nueva medida en ninguna cuestión que afecte a nuestra provincia, no ha habido ningún proyecto nuevo que permita combatir el desempleo con esas varitas mágicas que nos habían trasladados. Espero que los responsables de la Junta  se den cuenta que han terminado los procesos electorales, que dejen ya los mítines y se pongan a trabajar.

Y espero que tornen a mensajes menos catastrofistas. Hace un par de meses escuchábamos a la delegada de la Junta y al viceconsejero de la Presidencia hablar de la Iniciativa Territorial Integrada como un enorme desastre y que iban a  desaparecer los fondos. Pues el hecho de haber rebajado ya el tono me hace alegrarme. Les decimos desde aquí que sí sabemos gestionar y lo hemos demostrado durante cuatro años en la Diputación, que con ese gobierno indolente del Partido Popular ante el desempleo, hemos demostrado que sí se pueden hacer cosas.  Pido que tengan lealtad con los ayuntamientos, porque así tendrán siempre a una presidenta que va a animar a que sumemos noticias en positivo en la provincia.

Ha sido la primera mujer en presidir la Diputación. ¿Es necesaria la presencia de más mujeres en cargos que generalmente han ocupado hombres?

— No me alegra para nada haber sido la primera presidenta de la Diputación. Era sorprendente que ninguna mujer hubiera copado espacios de responsabilidad y creo que en vez de avanzar hemos dado paso hacia atrás, porque hace cuatro años, cuando presidí por primera vez la Diputación, era una corporación donde la mayoría absoluta era liderada por mujeres. Había 16 de 31 diputados. En esta ocasión no tengo la fortuna de poder decir lo mismo. Por tanto entiendo que la Diputación de hoy no es el reflejo real de la sociedad gaditana, donde como hay más mujeres que hombre.

¿Se imaginaba  cuando se inició en la política que iba a escuchar discursos como el de Vox?

— En absoluto. Pertenezco a una generación constitucional pues cuando nací la Constitución formaba parte de nuestra realidad cotidiana, con derechos que mi generación daba por hecho que eran inherentes a nuestra sociedad. Desgraciadamente hemos dados pasos hacia atrás cuando escuchamos discursos machistas que van totalmente en contra de permitir derechos que entendíamos consolidados y que suponen un grave riesgo especialmente para las personas más jóvenes, Eso obliga a que ahora estemos muy en alerta.

Acaba de iniciar una ronda de contacto con los alcaldes y alcaldesas de la provincia. ¿Qué suelen pedirle?

— Los ayuntamientos tienen una dificultad clara que hace que no tengan suficiencia económica para garantizar los servicios públicos básicos y la Diputación se ha convertido en el verdadero pulmón, especialmente de los municipios más pequeños. La primera preocupación de los ayuntamientos es poder garantizar sus servicios públicos en materia de servicios sociales y la Diputación tiene hoy planes que no sólo  garantiza esa cobertura sino también a las ayudas a las familias que tienen dificultades.

Lo hace también en materia de empleo y los ayuntamientos necesitan de este tipo de ayuda sobre todo porque los planes de cooperación municipal, que los llamamos generalmente planes de empleo, cumplen tres objetivos. El primero es ayudar a las familias que están desempleadas y que permite dar un respiro a los vecinos de los pueblos pequeños. En segundo lugar, porque muchas de esas actuaciones a través de otros planes se hacen a través de empresas y por tanto permiten también ayudarlas y mayoritariamente son pequeñas empresas. En tercer lugar, porque mejora las infraestructuras de los pueblos más pequeños. En ese sentido creo que hay una generalidad y es que todos los alcaldes y alcaldesas vienen a solicitar que se continúen con esos planes de inversiones, porque les permiten destinar  sus recursos públicos a cumplir con sus servicios básicos. Además cuando uno mejora las infraestructuras también se ayuda al sector turístico, porque hacemos ciudades más amables, mucho más cómodas y accesibles.

 

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