Leocadia Benavente
La nefasta noticia para nuestra ciudad del cierre de la playa de Fuentebravía, nos devuelve a veranos pasados en los que se produjeron fugas por falta de capacidad de la depuradora de Apemsa para atender los picos de población que desbordan la capacidad de saneamiento de la instalación municipal.
Aunque en esta ocasión desde Apemsa se desmiente la responsabilidad del vertido, tenemos que reflexionar sobre que nuestra ciudad no puede estar todos los veranos en un ay, por la posibilidad de un fallo en una depuradora que cuenta ya con treinta años.
Tenemos que exigir que los políticos de la Junta de Andalucía que vinieron a hacerse la foto en la campaña electoral y que prometieron la construcción de la segunda depuradora, vuelvan ahora a cumplir lo que prometieron.
Y el alcalde, Germán Beardo, que dijo que con una Junta de Andalucía presidida por el Partido Popular la segunda depuradora sería una realidad debe ponerla en su agenda como prioritario, y exigir a sus compañeros de partido pasar de las promesas del Facebook a los hechos.
La ciudadanía tiene que entender que la segunda depuradora es esencial para el mantenimiento de la calidad de nuestra ciudad y también para el crecimiento previsto en el PGOU.
Es necesaria para incorporar a las viviendas que se están regularizando, y que con su legalización traerán ingresos al presupuesto municipal. Pero además de que es más que necesaria, es que la estamos pagando desde 2.010 a través del canon de mejora.
¿Cuantos años tenemos que pagar el canon y cuantas fugas tienen que ocurrir antes de que la Junta de Andalucía ponga una primera piedra?
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