La reunión que se pretende, o se pretendía, celebrar entre Luis Oliver y Eduardo Peña y directivos o personas del entorno del Xerez DFC no está abocada a ningún buen fin porque una fusión es inviable, teniendo en cuenta que se habla de una sad y de una entidad deportiva, más allá de las deudas que acumula una de las partes y que obviamente, en una fusión, tendría que asumir la entidad resultante. Una entrada del llamado grupo de Luis Oliver en el seno del Xerez DFC no se entendería desde el punto de vista de que el nacimiento del equipo llegó para que fuese propiedad solo y exclusivamente de los socios. Y llegar a un acuerdo para que el Xerez CD no saliese a competir sería darse de cara con unos aficionados que se levantarían en armas y que, de hecho, ya se están reuniendo para entorpecer una posible negociación. La noticia que se conocía desde la noche del pasado miércoles fue adelantada por la Ser y a partir de ahí llegaron reuniones,que ya habían existido con algunas de las partes, desmentidos, caras de sorpresas y humareda por una parte y la otra en las redes sociales ya que es una jugada que no parece que pueda llegar a parte alguna. Porque la unión ahora mismo es imposible. Solo sería factible que uno de los dos equipos desapareciese y los aficionados pudiesen irse a ese único Xerez o bien quedarse en sus casas tal y como, en muchos casos, está sucediendo en estos momentos. Unir lo que se desunió en su momento es misión casi imposible y las jugadas de ajedrez están condenadas al fiasco por lo que esa pretendida reunión no va a fin alguno. De momento en un sitio y otro las aficiones están muy pendientes de lo que pueda suceder, porque en ninguna de las aceras ha caído bien el anuncio.
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