Los consumidores de pan están de enhorabuena con la entrada en vigor de la nueva norma de calidad del pan, que sustituye a la de 1984, y que desde el 1 de julio aclara un panorama que llevaba años confuso.
Esta nueva norma garantiza la compra de panes perfectamente identificados, para satisfacción de panaderos y consumidores, garantizando una mayor calidad para la elaboración y comercialización. Tras etapas de denominaciones generalizadas como pan blanco, integral, hecho con masa madre o multicereales; de mirar etiquetas con contenidos de ingredientes dudosos, han sido tiempos en los que el consumidor no sabía qué se llevaba a la boca.
El presidente de la Asociación Provincial de Fabricantes y Expendedores de Pan, Antonio Cortés, reconoce que en Jaén se ha estado cumpliendo la normativa desde antes de la entrada en vigor de una norma que ha impulsado la Confederación Española de Organizaciones de Panadería (CEOPAN), a la que pertenece la gremial jienense. “En Jaén, los panaderos artesanos han cumplido con la normativa a la hora de elaborar los panes. Las personas que despachan en las panaderías han sido formadas y están informando al consumidor de qué pan están comprando, con qué ingredientes se han elaborado”, explica Cortés.
Y es que la intención del gremio ha sido que “el consumidor sepa lo que compra” y que con la nueva normativa “conozca cómo ha sido elaborado cada pan y elija”. De media, cada panadero en un obrador mediano trabaja con doscientos kilos de harina. En la capital, según Cortés, se consume en torno a 20.000 kilos de pan a diario y de éste, en torno al 10% es pan integral.
A partir de ahora, el pan integral es sólo aquel horneado con un 100% de harina integral. Si la proporción es diferente deberá indicarse en el etiquetado y no podrá usarse el reclamo ‘pan integral’.
El primer efecto de la nueva norma de calidad es que habrá más diversidad de panes por los que se paga el IVA superreducido (4 %), ya que amplía la definición de ‘pan común’ e incluye productos elaborados con harinas distintas a la de trigo.
Antonio Cortés reconoce que en los últimos años el consumo de pan ha descendido. Si a nivel nacional los datos reflejan una bajada de alrededor del 50% , en la provincia jienense, el descenso de las ventas ha sido de en torno a un 10%. “Con la nueva normativa no esperamos un incremento significativo de las ventas, pero sí que no sigan bajando”, dice Cortés.
En la provincia, hay más de 150 establecimientos asociados y en la capital, en torno a doce. “En cada obrador trabaja una media de ocho o diez panaderos y el sector da empleo a 2.500 trabajadores en los despachos de pan de la provincia”, confirma Cortés.
Desde la Asociación Provincial animan a los hosteleros a apostar por un pan artesano, de calidad.
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