El comisario europeo de Acción por el Clima y Energía, el conservador español Miguel Arias Cañete, descartó este jueves continuar en política una vez concluya su mandato en la Comisión Europea el próximo 1 de noviembre y dijo que espera "tener mucho tiempo para sus nietos" a partir de esa fecha.
"Yo termino mi mandato el 1 de noviembre, me volveré a mi casa en Jerez de la Frontera y espero tener mucho tiempo para mis nietos", señaló Arias Cañete a la prensa antes de participar en un debate ante el pleno del Comité Europeo de las Regiones (CdR).
Arias Cañete, de 69 años, destacó que lleva 38 años en la escena política "participando en elecciones sucesivamente", y consideró que "son bastantes años".
El veterano político, nacido en Madrid en 1950 pero muy vinculado a Jerez de la Frontera, licenciado en Derecho y Abogado del Estado, entró en política en 1982 como diputado en Andalucía y miembro de la dirección de Alianza Popular, formación que precedió al PP.
Fue ministro de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medioambiente en dos ocasiones (en el Gobierno de José María Aznar entre 2000 y 2004 y en el de Mariano Rajoy entre 2011 y 2014).
Arias Cañete fue en 2014 número uno de las listas del Partido Popular de cara a aquellos comicios europeos, en los que se impuso a la socialista Elena Valenciano, y ha sido desde ese año el comisario español en el Ejecutivo comunitario encabezado por Jean-Claude Juncker, donde asumió la cartera de Energía y Acción por el Clima.
Cuestionado a su llegada desde sectores de la izquierda por no tener un perfil medioambientalista y tener participaciones en empresas petroleras y, más adelante, porque su esposa apareció vinculada a cuentas "off-shore" en el escándalo de los papeles de Panamá, entre otros asuntos, Arias Cañete se ha hecho un nombre propio en Bruselas en la lucha contra la crisis climática.
Como eurocomisario, entre otros puntos, preparó un denso programa legislativo conocido como "paquete de invierno" con medidas para reducir las emisiones de CO2, impulsar las energías renovables, mejorar la eficiencia energética y aumentar las interconexiones entre Estados miembros en el horizonte de 2030 para cumplir con los compromisos del Acuerdo de París contra el cambio climático.
Dejará como legado una hoja de ruta para que la Unión Europea elimine las emisiones de gases de efecto invernadero en 2050, descarbonizando así la economía y alcanzado la llamada "neutralidad climática", un ambicioso plan que cuenta con el apoyo de 24 de los 28 países de la UE pero que vetan Polonia, Hungría, República Checa y Estonia.
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