La procesión del Corpus Christi mantuvo este domingo la tendencia de recuperación observada en años anteriores, en buena medida gracias al empeño de las hermandades, que volvieron a afanarse para que las calles por las que transitó el Santísimo Sacramento del Altar vistiera sus mejores galas.
El amplio cortejo partió de la Catedral al filo de las siete y media de la tarde, tras una solemne eucaristía oficiada por el obispo de Asidonia-Jerez, José Mazuelos.
De unos años a esta parte la procesión ha recortado su itinerario de manera sustancial, algo que también ha contribuido al objetivo de procurarle un mayor esplendor. De este modo, la comitiva subió por Hortas Cáliz hacia Manuel María González y plaza Monti para una vez en plaza del Arenal tomar por Lancería y en el Gallo Azul girar hacia Algarve y buscar la Catedral por plaza de la Yerba y Asunción.
A lo largo de ese tramo central del itinerario se distribuyeron hasta once altares, así como decenas de alfombras de sal coloreada confeccionadas en la noche del sábado por cientos de niños y jóvenes.
El primer premio del concurso de altares promovido por la Unión de Hermandades fue a parar este año a la Hermandad del Rosario de Bornos, que el próximo año tendrá el honor de colocar su altar ante la logia del Cabildo Viejo del Ayuntamiento. También hubo distinciones para La Lanzada, La Defensión, Santa Marta y La Borriquita. Mención especial merece el altar instalado por la Hermandad de Loreto en la plaza de la Asunción, con el Sagrado Corazón de Jesús como protagonista.
La procesión avanzó con agilidad y el Santísimo no llegó a estar dos horas en la calle. En el cortejo se integraron representaciones de la práctica totalidad de hermandades y organizaciones religiosas de la ciudad, así como el Cabildo Catedral. Detrás, una nutrida representación de miembros de la nueva Corporación municipal, así como la Banda Municipal de Música de Jerez, que de nuevo puso sus sones a la Custodia.
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