Mamen Sánchez es, desde el sábado, alcaldesa de Jerez por cuatro años más. Las urnas hablaron y le otorgaron la confianza tras cuatro años en el Gobierno municipal, con solo seis concejales, donde ha sabido, por encima de todas las cosas, tomarle el pulso a la ciudad y estabilizarla. En los cuatro años de su primera legislatura no ha habido grandes conflictos en Jerez, los temas engorrosos que surgieron los supo solventar con prudencia y sin que se levantasen mucho las voces. Asuntos como el del personal del Ayuntamiento, el de los autobuses urbanos e, incluso, el de la limpieza viaria, que ha sido unos de los caballos de batalla, se han ido sorteando con acierto aunque el último está pendiente de solucionarse definitivamente en lo que debe ser uno de sus primeros pasos en su recién estrenado cargo. Tomado el pulso durante estos cuatro años, atemperados ánimos, ajustando las cuentas y poniendo énfasis en asuntos puntuales, ahora llega el momento de impulsar la ciudad. Las bases están puestas y ahora es el momento de negociar el problema económico de los planes de empleo con la Junta de Andalucía, de dinamizar la burocracia para que el coste de los tiempos para iniciar una obra o una reforma o llevar a cabo una apertura no sea tan doloroso, poner la limpieza viaria al nivel que todos los ciudadanos queremos y seguir apostando por el turismo como base de la economía de la ciudad, como muy bien indicaba el propio Obispo de Asidonia Jerez en la entrevista de la semana pasada en Siete TV, a falta de la llegada de industrias. Mantener la calma en la ciudad es importante y se ha conseguido y es una de las razones por la que los electores han premiado su labor, pero en estos cuatro próximos años se necesita impulsar más una ciudad que sigue registrando unas cifras de paro excesivamente altas, una ciudad que precisa de inversiones y, si estas no llegan, de un proyecto basado en el turismo, en industrias como las del flamenco e, incluso, impulsando la industria cofrade que es algo que se echa de menos cuando Jerez es una referente en la parte occidental. Mucho se ha hecho pero mucho queda por hacer.
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