Los negociadores de Vox, Ciudadanos y Partido Popular han acordado grandes medidas para relanzar Andalucía al periodo preconstitucional y preestatutario. Los grandes hombres de Estado que gobiernan Andalucía, como son los nuevos descubridores del Nuevo Mundo, se han bajado solemnemente los pantalones ante el partido de la extrema derecha que sostiene abiertamente posiciones anti Estatuto de Autonomía, anti derechos de la mujer, anti Memoria Histórica, anti libertad de aborto, apertura a las privatizaciones, reducción del sector público, etc… echando mano de viejas palabras del neoliberalismo retardatario del tipo de reordenación efectiva, trasformación de entes instrumentales, reestructuración, revisión, evaluación, reformulación y otras para no decir recortes, despidos y marcha atrás en todo.
Las mujeres tienen que bajarse las faldas porque ellos se han bajado los pantalones. Y las mujeres que lleven pantalones, que se los vayan bajando también, que ya no hay violencia de género, que eso es cosa de feminazis y demás gente de mal vivir. Franco debe continuar en el Valle porque acaba de descubrir el gobierno andaluz que la memoria democrática es ignorar a los centenares de miles de víctimas –culpables, que para eso perdieron la Guerra Civil- de las que quieren aprovecharse las asociaciones memorialistas para quedarse con el dinero de las subvenciones. El innovador concepto de igualdad que defiende el tripartito, que finalmente se han sentado juntos, han firmado juntos y han acordado juntos es destacar a un miembro del gobierno para parar las peleas intrafamiliares. Dijeron los de Ciudadanos Urbi et Orbi –a la ciudad y al mundo, a Andalucía y a la Internacional Liberal -el “De esta agua no beberé” y han dejado la fuente seca. Se la han bebido toda.
Como los audios de las mordidas de OHL, son unos equilibristas, repartiendo dinero. Como los discos duros de Bárcenas, ya los acuerdos han sido borrados a martillazos de propaganda vacua dicha desde las ruedas de prensa de los Consejos de Gobierno. Desean que el pasado no exista, defienden que lo que vemos en el presente no tiene vida propia y la verdad es que los cuatro años que hay por delante de legislatura andaluza serán asfaltados de retrocesos en derechos, de negación de la realidad, de despidos de personal, de privatización sanitaria, de reducción de enseñanza pública y de ganancias sin limitaciones para las farmacéuticas.
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