Primero fue la imagen de dos abuelos pasando dos noches a las puertas del colegio María Auxiliadora, y ahora es el caso de Rocío y Manuel, padres de Carmen, a la que quisieron escolarizar en el colegio público Huerta de Santa Marina, perteneciente al Distrito Centro.
Se quedaron sin plaza y con otras 18 familias emprendieron hace dos meses una batalla por conseguir una plaza en el Centro, en su zona. La última propuesta que les hizo la Delegación de Educación y que aceptaron 15 de las 19 familias fue escolarizar a los niños en el centro Carmen Benítez, en la plaza del mismo nombre, y perteneciente al Distrito Nervión.
A las 12.00 de la mañana del miércoles, Rocío supo que se quedaba una plaza vacante en el Sor Ángela. Llamó a su marido, que se pidió la tarde libre, y organizaron todo en casa con un propósito claro: pasar la noche en la puerta del colegio para garantizarse que el jueves a primera hora son ellos los primeros en entregar la solicitud para su pequeña.
“Esto es increíble. Quiero que me hija entre en un colegio público y tengo que hacer esto para conseguirlo”, explica a este periódico por teléfono mientras miembros de la plataforma Cole Centro Ya preparan pancartas con las que hacer tiempo y, de paso, recordar que siguen con su reivindicación a la Administración educativa, a la que reclaman un colegio en el Centro. Mientras éste llega a los Jardines del Valle, que es donde está previsto y anunciado, la plataforma de padres insiste en que se arbitre un “espacio de tránsito”.
Ellos tienen hasta escogido el lugar: el Liceo francés, que se quedó vacío tras la marcha de la institución. Educación lo ha descartado ateniéndose a que las condiciones del edificio no son las más idóneas, extremo que las familias afectadas no comparten. Rocío, Manuel y Carmen ya no tendrán que esperar. Tras una mala noche, acaba la pesadilla.
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