El forense que examinó al hermano del bebé de 18 meses cuya muerte se atribuye a su madre y su pareja sentimental ha asegurado en la Audiencia Provincial de Sevilla que el niño, de 3 años, presentaba "múltiples hematomas" por todo el cuerpo y que señaló a "mami" cuando le preguntó quién se los había hecho.
Un jurado popular está enjuiciando en la Audiencia Provincial de Sevilla a I.M.R.M. y su entonces pareja, E.T.R., para quienes la Fiscalía solicita 28 años y 7 meses de prisión por un delito de asesinato, en el caso de la madre por omisión por ser garante del menor y en el caso del hombre como autor material, y dos delitos de maltrato, uno por cada uno de los hijos.
La acusación ejercida por el padre biológico de la víctima solicita la pena de prisión permanente revisable, mientras que las dos defensas reclaman la libre absolución.
El experto del Instituto de Medicina Legal, que estaba de guardia el día después de los hechos, el 23 de abril de 2016, ha narrado este miércoles que vio ocho grupos de hematomas repartidos por todo el cuerpo, desde la cabeza a las piernas, y que el menor reunía "todo el muestrario propio de una agresión".
El forense ha citado una lesión de 3 milímetros de diámetro en el abdomen y otra similar en la frente que son "compatibles con quemaduras de cigarrillos", un eritema en la parte posterior del cuello, hematomas en el arco cigomático y las dos piernas, hematomas "múltiples en los dos glúteos" o una "grieta en la zona anal" que ha atribuido a la "falta de higiene".
El especialista también ha contado que tanto él como la pediatra preguntaron al niño quién le había hecho eso y el menor les respondió "mami".
Cuestionado por la abogada de I.M.R.M. y la jueza por si pudo estar llamando a su progenitora, el forense ha recordado que "en ningún otro momento repitió esa palabra", por lo que "si llamó a su madre justo en ese momento, fue bastante casual".
Según la madre, algunas de esas señales se las hizo al caerse de la litera sobre unas piezas de Lego, a lo que el forense ha replicado que esa teoría no le parece válida porque "si uno se clava una pieza así, la herida habría reproducido el objeto".
El experto ha considerado que las heridas tampoco eran compatibles con la varicela o con una piel atópica, ya que en ese caso "al niño le picaría todo el cuerpo y las erosiones no estarían en una zona tan localizada".
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