Andalucía

El PSOE ensaya la reconciliación

Pedro Sánchez y Susana Díaz entierran el hacha de guerra y acuerdan abrir una nueva etapa de colaboración y entendimiento tras años de enfrentamientos

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  • Susana Díaz y Pedro Sánchez, juntos en un mitin celebrado la semana pasada en Córdoba. -
  • El federal enfría las prisas para acometer el relevo y descarta forzar un congreso extraordinario
  • Ambos dirigentes se garantizan “lealtad mutua” y trabajar de manera coordinada
  • Ferraz y San Vicente buscan un acuerdo para sellar unas listas de integración

El PSOE federal y el andaluz o, lo que es lo mismo, Pedro Sánchez y Susana Díaz, se van a dar una segunda oportunidad de convivencia, un intento de reconciliación que se habría sellado en la reunión que ambos dirigentes mantuvieron el lunes en Madrid. Si el federal ya aseguró que fue un encuentro “muy positivo”, desde el PSOE andaluz se añade ahora que se han sentado las bases para una coexistencia que ponga un punto y aparte a años de tensiones internas.

Por encima de todo, se traslada que se ha aparcado cualquier debate sucesorio en Andalucía. Ni se abordó la posible salida de Susana Díaz ni parece que el federal esté por la labor de un congreso extraordinario que, coinciden todos, alteraría los ánimos y reabriría demasiadas heridas.

¿Significa esto que Díaz se apuntala al frente del PSOE-A y que incluso será la candidata a las próximas elecciones autonómicas? A tanto no se llega, pero sí se insiste en que las prisas por acometer el relevo se han enfriado, que no va a ser una operación en principio a corto plazo.

Esto supondría devolver el partido a sus tiempos orgánicos, que marcan que en dos años toca congreso para decidir quién ocuparía la Secretaría General andaluza. Antes de eso sólo habría dos vías: o Díaz da un paso atrás que no se espera, o se le ofrece una salida como podría ser ocupar un Ministerio, tal y como hizo hace años Rodríguez Zapatero con Manuel Chaves para acelerar los cambios en Andalucía. No obstante, no parece que esta resintonía llegue a tanto como para que Sánchez quiera a la expresidenta andaluza tan cerca.

Colisiones públicas

En definitiva, que estamos ante “una nueva etapa” de “cordialidad y entendimiento”, se apunta. “Lealtad, colaboración, coordinación y trabajo continuo”, se apostilla, todo encaminado para evitar sonoras y públicas colisiones anteriores que no le han venido nada bien al PSOE en general y al andaluz en particular.

En la práctica, San Vicente vendría a reconocer por fin la autoridad de Ferraz, es decir, de Pedro Sánchez, enterrando el hacha de guerra y olvidándose de batallas que no le han beneficiado. Y si el pulso andaluz por las listas a las elecciones generales del 28A llevó a una enmienda apabullante del federal, la estrategia de Díaz pasaría ahora por minimizar daños en lo posible.

En esta línea, uno de los acuerdos sería trabajar conjuntamente en la elaboración de las listas para las diputaciones provinciales. Se busca un acuerdo de integración que refleje la actual correlación de fuerzas, es decir, en la que predominarían los sanchistas, pero que permitiría a la federación andaluza salvar los muebles encajando algunos de sus nombres.

El siguiente paso sería el de los presidentes de las diputaciones, varios de ellos muy cercanos a Susana Díaz y que ahora son su único bastión institucional. Aquí el que más está en el disparadero es el presidente sevillano, Fernando Rodríguez Villalobos, porque además es la provincia más simbólica y con más peso. En otros casos, como el de la gaditana Irene García, no se descarta incluso su continuidad siempre y cuando se rodee en la institución de afines a Pedro Sánchez.

“Lealtad mutua”, dicen que se han garantizado Sánchez y Díaz. El día a día demostrará si esta reconciliación es posible.

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