Con unos espectaculares fuegos artificiales concluyó la Feria larga de 2019, entrada en mayo y con un festivo en su ecuador, de la que puede decirse que se consolida al dar oportunidades a todo el mundo para disfrutarla y también para que el sector turístico pueda hacer más negocio al disponer de dos fines de semana. El festejo se ha beneficiado del buen tiempo (se esquivó la lluvia, aunque no el calor en el tramo final) y de la recuperación económica, como prueba la gran afluencia de carruajes al Real.
Hemos gozado de una Feria más segura, en la que se ha reducido el número de incidencias y también el de botellonas en el recinto merced a la acertada medida de prohibición de venta de bebidas alcohólicas en Los Remedios, si bien ello no ha acabado con los “lotes” transportados por los jóvenes desde otros puntos de la ciudad. Habrá que continuar luchando contra la venta ambulante y mejorando en la detección más temprana de los aparcamientos clandestinos, como los varios erradicados en los aledaños e incluso en puntos más alejados como Vega del Rey. Asimismo, habrá que perfeccionar las paradas de taxis precontratados, que han acabado fagocitando las tradicionales, e institucionalizar y ampliar las horas sin ruido en la calle del Infierno para los niños autistas, un éxito rotundo que ha permitido una Feria más inclusiva, la cual ha concluido con un balance general muy satisfactorio.
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