Las buenas noticias no vienen solas. Cuando se constata la creación del empleo en nuestra tierra enseguida hay alguien que se apropia de tal avance. Sobre todo, el gobierno de turno, en este caso, el andaluz de PP y Cs que no tiene remilgo alguno en atribuirse el mérito correspondiente. Pasa igual con el extraordinario comportamiento de la exportación que continuamente bate todos los records convirtiéndose así en uno de los principales factores de desarrollo de esta comunidad. De hecho, se ha situado en el pelotón de cabeza en esta materia por lo que se puede decir sin exageración alguna que es ya el sector exterior una seña de identidad del modelo productivo andaluz. Así las cosas, Andalucía sigue anotándose tasas de crecimiento por encima de la media española e, incluso, de las estimaciones de los diferentes observatorios y centros de estudios que, por cierto, sistemáticamente, se equivocan a la hora de analizar la evolución de la economía andaluza.
Acabamos de vivir un exitoso Gran Premio de Motociclismo en Jerez, con afluencia masiva de visitantes y carencia de incidentes de importancia. Hoteles llenos, bares y restaurantes a tope, la misma estampa que se vive en Sevilla con su Feria mientras Granada cierra una completa temporada en Sierra Nevada. A todo esto, dejamos atrás una Semana Santa que ha registrado, igualmente, cifras muy satisfactorias hasta el punto de que se afronta con notable optimismo la llegada del verano con un litoral repuesto de los efectos de los duros temporales del invierno y listos para acoger a unos turistas que cada vez vienen en mayor número y, lo más importante, con una mayor capacidad de gasto por persona.
Es de manual que los gobernantes de turno se cuelguen la medalla y nieguen reconocimiento alguno a sus antecesores. A fin de cuentas, ya estamos acostumbrados a ello. En todo caso, ahora, lo que hace falta es seguir trabajando para conseguir completar el cuadro y lograr la generación de un empleo de más calidad, producto de un modelo económico sustentando en bases sólidas, ancladas en las nuevas tecnologías, con un tejido empresarial cada vez más potente y con un reparto de la riqueza equilibrado y justo. Para ese logro final, sigue faltando mucho trecho aún. De modo que bienvenida sean las buenas noticias aunque no vengan solas y tengan tantos padres.
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