La Venta de Vargas recibió este domingo en Lebrija la XXX Giraldilla Flamenca que concede la Peña Pepe Montaraz a personajes e instituciones del mundo del flamenco y que por primera vez se concede a un establecimiento hostelero.
La razón de esta excepción es simple. No se trata sólo de un restaurante sino de un símbolo dentro del mundo flamenco del siglo XX que en el presente siglo sigue la estela de sus orígenes con una arriesgada iniciativa empresarial para mantener el flamenco vivo en su actividad diaria. O más exactamente, semanal.
La secretaria de la peña Lebrija, María José Gómez, fue la encargada de leer el acta de la directiva concediendo el galardón al establecimiento isleño y mencionando sus méritos.
No hay que olvida que en una de las iniciativas más novedosas de la Venta de Vargas y de la Asociación la Fragua, que van de la mano en sus actividades, se encuentra el premio Leyenda del Flamenco que han recibido dos cantaores lebrijano, Juan Peña El Lebrijano y Curro Malena.
En ambos casos estuvo presente en la Venta de Vargas una nutrida representación lebrijana que ha estrechado los lazos de amistad y de objetivos comunes, como es la defensa y divulgación del cante, toque y baile flamencos.
Antonio Atienza, lebrijano de nacimiento e isleño de adopción, fue el encargado de glosar la historia de la Venta de Vargas a través de sus fotografías en las que se puede ver un recorrido por la historia no sólo flamenco, sino social desde principios de siglo a la actualidad.
Lolo Picardo, tras serle impuesta la Giraldilla Flamenca por parte del presidente de la Peña Pepe Montaraz, Juan García, agradeció el reconocimiento a la entidad isleña y reiteró el compromiso del establecimiento -más institución que restaurante en esta tarea- en la promoción del flamenco.
Lela Fontao recibió el pergamino enmarcado de la concesión de la trigésima Giraldilla Flamenca en tanto que el alcalde de Lebrija, José Barroso, hacía entrega de una placa en nombre de la ciudad a Lolo Picardo en reconocimiento a la Venta y agradecimiento por su deferencia con los artistas lebrijanos.
Junto al alcalde Lebrija estuvieron presentes la delegada de Cultura, Tamara Carrasco y la delegada de Consumo, Tetesa Nyberg, en el plano institucional.
El titular de la Peña, Pepe Montaraz, recordó a los presentes las veces que había estado en el establecimiento al terminar el trabajo en San Fernando, donde fue vendedor en el mercadillo de los jueves.
Jesús Castilla fue el representante flamenco de la jornada acompañado por Adriano Lozano a la guitarra y que terminó cantando por bulerías a modo de fin de fiesta con el baile de Lela Fontao, las niñas de la venta y la bailora Bella Arnal.
Reportaje gráfico: FOTO MARIO
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