El Ayuntamiento de Faraján está procediendo a realizar trabajos de acondicionamiento del sendero que une el municipio con las Chorreras de Balastar, camino que se vio gravemente afectado por el fuerte temporal que azotó al Valle del Genal a finales del pasado mes de octubre.
Según ha comentado Fernando Fernández, alcalde de Faraján, los desperfectos causados por las lluvias torrenciales en el sendero fueron importantes, hasta el punto de que no era posible acceder hasta la cascada situada más abajo. Por lo tanto, desde el Consistorio se ha tomado la determinación de volver a poner en valor este impresionante paraje y hacerlo más atractivo, si cabe, para la visita de senderistas mediante el acondicionamiento del terreno, la reconstrucción de muros y, en definitiva, llevando a cabo las acciones necesarias para facilitar el acceso hasta este recóndito espacio del término municipal de Faraján. El regidor ha adelantado que se prevén finalizar las mejoras a mediados del mes de mayo gracias a la participación de seis trabajadores de la localidad.
Conscientes de la importancia turística de las Chorreras de Faraján para el pueblo, en los últimos años el Ayuntamiento ha acometido diferentes proyectos encaminados a mejorar la accesibilidad a este paraje. Entre ellos destacan la creación de un recorrido circular que lleva hasta las dos cataratas tras múltiples gestiones realizadas con los propietarios de las fincas privadas del entorno, la construcción de muros de piedra para evitar desprendimientos, la reparación de acequias o la limpieza, arreglo y adecentamiento del camino, que en su totalidad tiene 3 kilómetros de longitud. Además, en próximas fechas se procederá a la señalización y balizamiento de la ruta senderista con una subvención de 6.000 euros procedente de la Junta de Andalucía.
Desde el Ayuntamiento de Faraján se ha animado a todas las personas que lo deseen a visitar tanto el municipio como las Chorreras de Balastar, dos espectaculares saltos de agua de más de 20 metros de altura que se dan en la zona debido a la escarpada orografía del terreno y a su relieve kárstico. Además, en el entorno se pueden observar numerosas acequias de canalización y distribución de aguas construidas para aprovechar el abundante caudal de arroyo. Estas acequias, excavadas en la propia roca, datan de la época musulmana y han sido utilizadas tanto por los antiguos pobladores del asentamiento árabe de Balastar como por los actuales vecinos de Faraján para regar sus árboles frutales y huertos, que se ubican en bancales. En el recorrido del sendero también se hallan las ruinas de un antiguo molino que se servía de la fuerza del agua para realizar su labor.
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