El alcalde, Francisco de la Torre, ha realizado este martes la ofrenda de flores a la Virgen de las Penas en el oratorio de Santa María Reina, coincidiendo con el 75 aniversario de la vinculación del Servicio de Parques y Jardines del Ayuntamiento con esta popular cofradía del Martes Santo, cuya imagen mariana porta cada año un manto realizado con flores naturales por los operarios municipales.
Durante cinco días ocho trabajadores han estado elaborando el manto, que en esta ocasión, con motivo del 75 aniversario, rememora el diseño del primer manto que lució la Virgen.
Desde 1944 los operarios de Parques y Jardines elaboran el manto de flores que luce la Virgen de las Penas en su procesión. En la tarde de este martes volverá a cumplirse con la tradición.
De la Torre ha valorado que "hay una demostración de arte floral, decorativo, de los jardineros municipales, a los cuales les agradezco su esfuerzo".
Para ello se han utilizado como elementos vegetales 1.875 claveles blancos, 525 paquetes de margaritas Euriops de Holanda, 30 paquetes de helecho de cuero, cinco paquetes de llamanovios, 203 tallos de véndela ecuatoriana, 20 minigerberas blancas y cinco manojos de paniculata, que van colocados sobre tres metros cúbicos de ciprés.
El manto de flores de la Virgen de las Penas es uno de los elementos más trascendentes y llamativos de la Semana Santa malagueña y su preparación conlleva todo un ritual en el que muy pocos tienen la oportunidad de participar. La labor floral recae tradicionalmente sobre un pequeño equipo de jardineros del Servicio de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Málaga.
La confección del manto comienza con la preparación, sobre una malla metálica unida al trono, de una base tupida de tallos de ciprés que sirve de fondo sobre el que se colocan los adornos florales. Se estima que son necesarios unos tres m3 de tallos seleccionados para esta labor, recogidos de los jardines públicos de la ciudad seleccionando los mejores ejemplares y cuidando de no dañar los árboles.
El siguiente paso es colocar la plantilla del adorno floral, con el diseño específico del año en cuestión y propuesto por la cofradía. Esta base se une con alambres y tiene una parte de corcho blando donde posteriormente se pinchará la flor cortada. Posteriormente se realiza un pichado de la flor con palillos de madera que por último son incrustados en la base de corcho blando formando el adorno.
Por su parte, la canastilla de flores entregada por el alcalde para la ofrenda a la Virgen está compuesta por Lilium oriental blanco, rosas blancas, alhelíes blancos, helechos de cuero y palmas de Phoenix roebelenii.
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