Ya es sabido que las comparaciones son odiosas. Más aún si es entre países tan distantes como Finlandia y España. Más de 3.500 kilómetros separan Madrid y Helsinki. El clima es muy diferente, la población también (5,5 millones por 46,5 m. de habitantes) la riqueza, el PIB por habitante es en Finlandia de 42.300 euros y en España 25.900 euros, pero se han celebrado elecciones que tienen alguna similitud.
El Partido Socialdemócrata ha ganado las elecciones con un 17,7% de los votos. No ganaba unas elecciones desde 1999. El partido situado más a la derecha Verdaderos Finlandeses se ha quedado a 6000 votos con el 17,5%. El mensaje de salvar el estado de bienestar y de que las grandes empresas paguen más impuestos le ha ganado –por poco- a los que han hecho campaña con la inmigración. "No vamos a aumentar los impuestos a los ciudadanos con ingresos bajos y medios. Pero aquellas empresas que actualmente no pagan ningún impuesto, tendrán que contribuir". Frase similar a las que utiliza habitualmente Pedro Sánchez en su campaña y a las que usaba el líder de la socialdemocracia sueca, también en el poder, aunque gobernando con la izquierda y el centro, al mismo tiempo. La derecha quiso privatizar la sanidad y cayó el gobierno. La izquierda ha hablado del peligro evidente del cambio climático para el futuro de la humanidad y de la necesidad de mejorar los servicios públicos, como la sanidad y la educación –a pesar de ser de las mejores del mundo- y de acabar con la austeridad, que entienden que ha aumentado la desigualdad.
Las concomitancias entra las campañas electorales de la derecha y la izquierda son plenamente comparables, a pesar de las distancias de todo tipo. Fue el granadino Ángel Ganivet el que escribió el 1898 sus Cartas Finlandesas. Todo un antecedente.
La verdadera diferencia la ha marcado el anterior primer ministro que ha perdido. En España sería insólito que se dijera una frase similar por el líder de un partido perdedor de unas elecciones, sean del tipo que sea –locales, generales o regionales-. El derrotado se atrevió a decir: "Nuestro partido es el gran perdedor en estos comicios, el pueblo ha hablado y se acabó". Desde España tanta crudeza y sinceridad habrá que enseñárselas a algunos dirigentes de los partidos españoles la noche del 28 de abril. Con seguridad absoluta no lo veremos.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es
