Jerez

El Perdón, un ejemplo de visión y superación

Reinventarse cuesta, pero a veces te da la vida. Y en el terreno cofrade cuesta si cabe mucho más

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María Santísima del Perpetuo Socorro

La Hermandad del Perdón

La salida procesional de Pasión

El cortejo de La Borroquita

Don Manuel Lozano en la presidencia del palio de María Santísima de la Paz

Las Angustias

En las reflexiones personales de cada uno siempre hay huecos para las nostalgias de lo que fue y de lo que es y también para las amarguras por lo que pude hacer y no hice y para las alegrías por donde estaba y donde estoy. Las personas nos tenemos a veces que reinventar para darle una nueva orientación a nuestras vidas, a nuestras familias, a nuestros entornos, a nuestra profesión y hasta a nuestras amistades si falta hiciese. Y lo hacemos por afán de supervivencia, por una vida más bonancible en lo económico y en lo social e, incluso, en lo espiritual si es el tema religioso el que, en un momento determinado, supimos reconducir.

Reinventarse cuesta, pero a veces te da la vida. Y en el terreno cofrade cuesta si cabe mucho más, aunque a veces la toma de decisiones, que nunca son fáciles cuando la Junta de Gobierno se enfrenta a un cabildo con muchos años de hermandad a las espaldas, son fundamentales para levantar una cofradía, por muy dolorosas que sean las determinaciones a tomar y por muchos incrédulos que puedan quedarse en el camino.

Unas pinceladas de lo expuesto las encontramos en la Ermita de Guía, en los queridos hermanos del Cristo del Perdón. Ese Cristo que comenzó saliendo el Sábado Santo de 1973 en el paso del Señor de las Misericordias y desde el viejo patio de la parroquia de Santa Ana. Esa hermandad severa en sus modos que en 1974 ya saliese en la tarde del Viernes Santo, a las 16 horas, para enfilar el Sanatorio y seguir por Sangre buscando la Carrera Oficial. La misma que logró su viejo anhelo fundacional de procesionar en la Noche de Jesús, cerrando desde 1992 los desfiles procesionales de la jornada.La misma que abandonó Santa Ana para abrir una aventura en la Ermita de Guía. Y la misma que dio una vuelta de tuerca y del Viernes y su Noche de Jesús pasó al Domingo de Ramos y cambió su túnica e introdujo música detrás de sus dos pasos, el de misterio y el de palio con María Santísima del Perpetuo Socorro, la que procesionaba a los pies de su Hijo.

El Perdón se reinventó en positivo. Un ejemplo de visión y superación

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