La riqueza medioambiental y paisajística de Parauta es indudable. A esto hay que sumar el encanto de su casco urbano, de clara fisonomía morisca, con calles estrechas e intrincadas que guardan desde hace siglos joyas como el arco de la calle Altillo, antiguo vestigio histórico que en 2016 cumplió 500 años.
Según ha explicado Blas Becerra, vecino de Parauta y gran conocedor de la historia de la localidad, la mayoría de los estudios coinciden en que el arco de la calle Altillo fue construido en 1516, durante la época morisca. Este arco forma parte del grupo de los denominados “de entibado”, casi plano, y su función principal es la de sostener dos edificios, un antiguo horno ya en desuso y un inmueble que sirvió de almacén hasta mediados del pasado siglo. Los arcos de entibado fueron elementos arquitectónicos muy habituales durante el periodo morisco aunque, posteriormente, también fueron muy utilizados en cuevas o minas para evitar el derrumbe de las paredes.
Becerra ha indicado que el arco de la calle Altillo de Parauta fue construido con ladrillos macizos típicos de la zona, de 20 x 10 centímetros, unidos entre sí con una argamasa que se elaboraba con cal y arena mezcladas con agua. El arco goza de un buen estado de conservación pese a sus cinco siglos de historia, aunque ha sido necesario rehabilitar levemente alguno de sus puntos a causa del lógico deterioro producido por el tiempo y la erosión.
Se da la circunstancia de que el arco de la calle Altillo fue el punto de entrada al antiguo barrio rico de Parauta, conocido como el Barrio Alto. La actual Plaza de la Constitución, situada al lado de este elemento arquitectónico, servía entonces de línea divisoria entre dicho Barrio Alto y el Barrio Bajo, mucho más humilde.
Por último, Blas Becerra ha recordado que, pese a que se tiene constancia de que en los alrededores de Parauta existían varios asentamientos anteriores, el municipio tal y como lo conocemos hoy tiene su origen en la repoblación ordenada por los Reyes Católicos tras la conquista de Ronda y la huída de la zona de la mayoría de los moriscos y judíos, que temían una persecución religiosa. En gran parte, la repoblación en Parauta se produjo con la llegada de un gran número de cristianos venidos desde diversos puntos de la geografía española, hecho que el vecino ha podido corroborar a través del estudio, entre otros, de la procedencia de los apellidos de los parauteños.
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