El último Pleno del Ayuntamiento aprobó el expediente para la municipalización de la zona azul, que volverá a manos municipales tras seis años en el limbo. El equipo de gobierno ha anunciado que será Epassa quién se haga cargo del servicio, que el PP intentó sin éxito privatizar años atrás. “Es la mejor opción o la que plantea menos problemas”, señaló el concejal de Hacienda, Manuel Bonilla, para quien la explotación puede generar los ingresos suficientes para cubrir los costes de dicha gestión. Sin embargo, este proceso de municipalización (pendiente de un informe técnico que ha licitado el Consistorio) va a chocar inicialmente con la prohibición de que Epassa asuma el cobro de la tasa de la zona azul. La Ley establece que debe ser personal funcionario (en este caso de Recaudación) quien se haga cargo del dinero de los diferentes parkímetros instalados en la ciudad, unos 60. Una situación parecida ocurre con el servicio de la grúa municipal, con un servicio que gestiona Epassa aunque la tasa la cobra el propio Ayuntamiento. Por tanto, una vez cobrada la tasa el Consistorio deberá ingresar la tasa a Epassa, una empresa 100% pública a la que el Ayuntamiento no ha municipalizado. Además, esta empresa sí que deberá hacerse cargo de la media docena de trabajadores que permanecen en el servicio de la zona azul, y que en los últimos años han estado en el limbo mientras el servicio lo prestaba una empresa privada.
Otros retos que tienen por delante el gobierno municipal para asumir el control de la zona azul es el de la necesaria modernización de las máquinas o parkímetros expendedores de los tickets de aparcamiento. La mayoría se instalaron hace más de 15 años (con un coste aproximado de 6.000 euros cada uno). En casi todas las ciudades del tamaño de Jaén ya es fácil ver los parkímetros inteligentes, que permiten a los conductores realizar sua pagos desde sus teléfonos móviles y, lo más importante, permite discriminar los diferentes tipos de motores y de combustibles de los vehículos aparcados, un dato que no es menor y que permite controlar los niveles de contaminación en los anillos peatonales de las ciudades, como es el caso de Jaén. De otro lado, fuentes municipales dan por hecho que las muchas plazas de zona azul que se han suprimido tras la primera fase del plan de peatonalización se recuperarán en otras zonas de la capital. Según datos facilitados por el Ayuntamiento, la zona azul tuvo en 2017 unos ingresos de 467.000 euros.
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