En la tarde de ayer el Centre Pompidou Málaga acogió la presentación del libro Fernando Renes Genalguacil, una publicación que recoge el trabajo del artista en el marco del proyecto “Pintar Imaginarios”, que se desarrolló en Genalguacil durante la celebración de Arte Vivo 2017.
En el acto, que tuvo lugar en el auditorio del Centre Pompidou, participaron José María Luna, director del centro cultural, Juan Francisco Rueda, comisario de “Pintar imaginarios”, el fotógrafo y artista Arturo Comas, Garikoitz Fraga, editor del libro, el artista Fernando Renes y Miguel Ángel Herrera, alcalde de Genalguacil.
Durante el desarrollo de “Pintar Imaginarios”, Arturo Comas realizó un total de 3033 fotografías de las que han sido seleccionadas las que aparecen en el libro, una publicación que, según su editor, huye de ser el clásico catálogo para presentarse como un libro de artista. Por su parte, Fernando Renes reconoció que “el proyecto fue vivido muy intensamente y se realizó de manera muy fluida, fue como una historia de amor correspondido”.
Tal como explicó Juan Francisco Rueda, “Pintar imaginarios abordó cierta noción de la pintura expandida en la que Arancha Goyeneche y Fernando Renes participan. Ambos trabajaron la pintura en soportes y dispositivos diversos, con un claro sentido instalativo y en contaminación/disolución con otras disciplinas; incluso Goyeneche pintó sin pintura. Y también, puntualmente y de un modo amplio, recurrieron a distintos imaginarios que podemos entender como propios o familiares: la cerámica, la azulejería, lo popular, la tradición, lo vernáculo y la propia Historia del Arte. Renes, de hecho, mostró principalmente cerámica, aunque en diálogo con pinturas y dibujos. Imaginarios que, en las intervenciones de Renes a lo largo de todo el pueblo, se materializaron sobre muchas fachadas y pormenores de las viviendas, ya que el artista, en estricta relación con los vecinos, planteó trasladar al exterior imágenes y frases que obtuvo de la convivencia con ellos. Así, Genalguacil fue para el artista un inmenso papel en blanco donde las paredes pasaron a hablar. Del mismo modo, y atendiendo a esa idea de “Genalguacil Pueblo Museo”, Renes incorporó piezas cerámicas y de azulejería, algunas fijas y otras temporales, de modo que jugó a hacer una exposición expandida en el propio pueblo”.
Por último, Miguel Ángel Herrera añadió que cualquier persona que tenga entre sus manos el libro Fernando Renes Genalguacil se trasladará a la realidad del pueblo y a su íntima convivencia con la naturaleza y con el arte.
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