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Los huertos de la judería

Los antiguos huertos-jardines (que ambas funciones cumplían), de las ciudades antiguas, entre ellas Jaén, tenían la facultad de trasladar a propios...

Publicado: 14/03/2019 ·
18:10
· Actualizado: 14/03/2019 · 18:10
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Autor

Rafael Cámara

Rafael Cámara es presidente de la asociación Iuventa y comisario del programa de Viva Jaén 'Jaén Genuino'

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Campillejos es un blog que trata sobre la actualidad cultural y patrimonial de Jaén y su provincia

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Los antiguos huertos-jardines (que ambas funciones cumplían), de las ciudades antiguas, entre ellas Jaén, tenían la facultad de trasladar a propios y extraños multitud de sensaciones visuales, aromáticas, sonoras, etc.  En el Conjunto Histórico de Jaén las políticas cicateras de las últimas décadas han dado al traste con la mayoría de ellos: huertos de Fuencaliente, del Baño, del Mirador, de Calatrava, del Corralón de los Alcaciles, de Cárdenas, de San Martín, de Moya, del Naranjo, del Marqués de Salinas, de la calle Parrilla, de Cristobalina... y así un largo y lamentable etcétera, incluyendo la Senda de los Huertos.

Es cierto que cualquier ciudad sufre transformaciones, además de lógico pero, lo que no está dentro del sentido común, es la mutilación sistemática de esos huertos que no dejan de ser una forma de entender y de hacer ciudad que heredamos de nuestros antepasados y hemos destruido, sin mayor justificación que la de edificar “a lo ancho y a lo alto”, en un conjunto histórico que se nos va de las manos (o mejor dicho, se les ha ido de las manos a los que tienen y han tenido responsabilidades sobre el mismo).

Basta volver la vista hacia cualquier conjunto histórico, Granada por ejemplo, para descubrir en sus “cármenes” la importancia que tienen las políticas urbanísticas sostenibles con la identidad histórica y medioambiental de los barrios antiguos.

La Judería de Jaén se erige como el último bastión de ese urbanismo heredado, pues conserva sin edificar los espacios e incluso los muros de las Huertas del Real Monasterio de Santa Clara, del Huerto del Poli o de Dalías, y los huertos privados de la calle del Rostro. Incluso gran parte del actual colegio de la Santa Capilla preserva, exteriormente, la imagen de los antiguos huertos de la parroquial que San Andrés. Gran parte de esos espacios pertenecen al solar Apa III San Andrés, sobre el que algunos/as han defendido la construcción de un IES sin tener en cuenta el valioso legado que supone la imagen tradicional de nuestro casco histórico y sus tradicionales huertos-jardines.

            Y lo peor es que esta forma de “defender el progreso” no es nueva, lo que evidencia que no avanzamos. En 1992 ya decía lo siguiente Manuel López Pérez en sus “Cartas a Don Rafael”: “Y aquellos huertos, ignorados y solitarios... Aquellas puertecillas serviciales o cómplices... Todo se rindió para dejar paso a más prosaicos empeños: cocheras, almacenes, modernísimos tugurios y otras semejantes progresías. Así las gastamos. Primero echamos de mala manera a los judíos y moriscos. Luego, a varios siglos de distancia, hacemos lo posible por aventar hasta su recuerdo”.

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