Los independentistas catalanes, siendo decisivos para generar mayorías, decidieron echar los dados al aire a ver qué salía”, afirmaba hace unos días el portavoz vasco Aitor Esteban. Se hizo viral su frase de ida y vuelta a Rajoy: “Si bien me quieres Mariano, da menos leña y más grano” y Rajoy le contestó (acentuando en la or): “Si quieres grano, Aitor, te dejaré mi tractor”. Chascarrillos aparte, las actuaciones de Aitor Esteban sientan, casi siempre, cátedra, incluso cuando echa en cara a los partidos estatales su irresponsabilidad por la forma de hacer política en España con su manera de afrontar los grandes partidos el problema cada vez más complicado de la gobernabilidad del Estado.
Los independentistas catalanes están en una loca carrera a ver quién llega más lejos en sus reclamaciones y sus desafíos. La última apuesta –mientras se celebra el juicio por el referéndum del uno de octubre y la declaración unilateral de independencia –es colocar a los procesados y a los huidos en los primeros puestos de las listas para las elecciones generales y europeas. Es una anomalía europea. Sólo se dio en los tiempos tremendos del IRA en Irlanda del Norte - Ulster- y recientemente en Turquía con el histórico problema de los kurdos. Da igual la eficacia de la medida así como las dudas sobre la legalidad o la posibilidad de ejercer el puesto, si resultan elegidos. El caso de Puigdemont es extraordinariamente significativo, porque los eurodiputados electos deben acatar la Constitución para adquirir su condición parlamentaria ante la Junta Electoral Central, que no está en Bruselas sino en Madrid. Ha explicado la estrategia precisamente el expresidente: “Es hora de avanzar para internacionalizar el derecho a la libre determinación en Cataluña desde el corazón de Europa para todo el mundo”. No importan los cargos sino –digámoslo claramente- el follón. La postura de Junqueras –aunque nunca llega- es tratar de lograr un acuerdo entre la Generalitat y el Estado. Se verá.
La palabra es la internacionalización. Por eso también Oriol Junqueras ha aceptado ser candidato a la presidencia de la Comisión Europea por la Alianza Libre Europea, un grupo minoritario de nacionalistas en el Parlamento Europeo. Todo por la internacionalización. Se ha visto en Venezuela. Si no te reconocen no eres nada… y a veces ni siquiera así. Pero es la condición imprescindible. El resultado ha sido para Cataluña muy negativo hasta ahora.
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