Punto final a la precariedad laboral en el sector sanitario. A partir de ahora, todos los contratos que haga el Servicio Andaluz de Salud (SAS) serán por un mínimo de seis meses, una medida con la que se pretende dar estabilidad no sólo a los profesionales sanitarios, sino también a los pacientes para que no cambien continuamente de médico cuando se produce una baja. Así lo anunció este jueves el presidente de la Junta, Juanma Moreno, en su comparecencia en el Parlamento, una sesión bronca por momentos por los reproches cruzados entre PP y Cs, por un lado, y PSOE, por otro, a cuenta de la gestión de la sanidad en Andalucía.
Moreno, que le recriminó al PSOE que, según la Cámara de Cuentas, la sanidad andaluza ha perdido 7.700 profesionales, aseguró que ningún profesional sanitario “va a tener que irse a otra comunidad autónoma por tener condiciones precarias”. En este sentido ha insistido en que “no vamos a permitir contratos como los que hacía el anterior Gobierno”, que “cada día firmaba 18 contratos de menos de un mes de duración” e incluso algunos “para sólo un día”.
Por ello, resaltó, “a partir de ahora los contratos que haga el SAS tendrán una duración mínima de seis meses”, algo de lo que calcula que se van a beneficiar 5.700 trabajadores eventuales no estructurales, “de los que el 75% son mujeres”. “Este plan pretende dar estabilidad y continuidad a los profesionales y seguridad a los pacientes, que también la reclaman. Ya era hora”, apostilló.
El presidente andaluz también le recordó a la secretaria general del PSOE andaluz, Susana Díaz, que en numerosas ocasiones le planteó en la anterior legislatura la necesidad de alcanzar un pacto por la sanidad andaluza. La propuesta nunca se tuvo en cuenta, pese a que “no hay que ser muy listo para darse cuenta de que si decenas de miles de personas salen a la calle pidiendo una sanidad de calidad, y también lo hacen los profesionales y las asociaciones de usuarios, es porque hay un grave problema de gestión que nos ha llevado a estas circunstancias”.
Bronca sanitaria
En la que era la segunda sesión de control al Gobierno de la legislatura se perdió el guante blanco que definió a la primera. En un ambiente tenso e incluso bronco, en el que casi todos quisieron tirar de ironía pero lo que salió fue un tono más bien faltón, hubo un intenso fuego cruzado a cuenta de la sanidad. Salvo el anuncio hecho por el presidente, el resto del tiempo PP y Cs volvieron a estar más pendientes de ajustar cuentas con el pasado que de mirar al futuro, mientras el PSOE sigue despistado y no termina de asentarse en la oposición. Y todos se acusaron de mentir: PP y Cs al PSOE por las listas de espera, y el PSOE a PP y Cs por alterar las listas de espera. “Si hay algo mal que nos lleven a los tribunales ya, cuanto antes”, retó Susana Díaz.
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