La Taberna de los Sabios

El éxodo de los jóvenes andaluces hacia Madrid

Se nos van los jóvenes andaluces, bien formados y preparados, a rendir su talento en otras geografías

Publicado: 27/02/2019 ·
09:35
· Actualizado: 27/02/2019 · 09:35
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Autor

Manuel Pimentel

El autor del blog, Manuel Pimentel, es editor y escritor. Ex ministro de Trabajo y Asuntos Sociales

La Taberna de los Sabios

En tiempos de vértigo, los sabios de la taberna apuran su copa porque saben que pese a todo, merece la pena vivir

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Hacienda es, con mucho, la institución que mejor información posee de todos nosotros. En la vida sólo existen dos cosas ciertas, la muerte y los impuestos, según la frase célebre atribuida a Benjamín Franklin, inventor del pararrayos y uno de los padres fundadores de los Estados Unidos. Bien que conocía de las cosas de la vida el sabio americano. Pues bien, la omnisciente Agencia Tributaria, de vez en cuando, comparte con la parroquia su abrumadora información. Y gracia a ellos acabamos de conocer el sentido y la dirección de los movimientos y traslados de los trabajadores censados en España. Afortunadamente, gozamos de libertad para establecernos y trabajar donde a cada uno nos apetezca o podamos. Y esos cambios dejan rastro en Hacienda, que puede, por tanto, saber de qué provincias salen y hacia donde se trasladan los trabajadores, empresarios y profesionales. Ya sabíamos del intenso flujo desde el campo hacia la ciudad y desde la España interior – la España vacía, la llaman ya – hacia las grandes ciudades y la costa mediterránea, pero lo que descubrimos en su última publicación nos llena de preocupación, pues es desde Andalucía donde más jóvenes se marchan a Madrid y Barcelona, sobre todo, para encontrar unas posibilidades que nuestra tierra les niega.

Los datos son contundentes. La provincia de España con mayor saldo de salida de trabajadores es Jaén, con un traslado en 2016-2017 de 2.471 personas. Le sigue, en segundo lugar, la de Cádiz, con 2.337 y, en tercera posición aparece Córdoba, con 1.804. Granada aparece en quinto lugar, con 1.657 salidas y en séptimo, Sevilla, con unas salidas netas de 1.357 personas. O sea, que de las siete provincias españolas que presentan peor saldo, siete son andaluzas. Sólo Málaga, con una ganancia de 969 trabajadores, resulta beneficiada de estas migraciones laborales. Madrid, con mucha diferencia, es la gran ganadora, convirtiéndose en un vórtice que atrae talento joven de todas las regiones españolas, especialmente de Andalucía. Barcelona en segundo lugar y las Baleares, en tercero, también son importantes focos de atracción.

Se nos van los jóvenes andaluces, bien formados y preparados, a rendir su talento en otras geografías. Algunas comarcas de las sierras se despueblan y las propias capitales de provincia, con honrosas excepciones, pierden población joven. Un panorama preocupante, sin visos de inversión por el momento. ¿Por qué se marchan? Nuestras ciudades gozan de buenas infraestructuras educativas, culturales, sanitarias, de ocio. El patrimonio está en general bien cuidado y la calidad de vida es excelente para quien tiene un trabajo medio digno. Todo ello es cierto, pero, sin embargo, no somos capaces de retener a nuestro talento. ¿Por qué? Pues muy fácil, porque otros lugares – en especial Madrid - son mucho más atractivos para ellos, porque encierran mayores posibilidades profesionales.

Las dinámicas económicas han favorecido el desarrollo de grandes multinacionales, que tienen sus sedes y sus oficinas principales en las grandes ciudades. Estas son las organizaciones más dinámicas en creación de empleo y nivel de salarios, con facilidad de promoción laboral. A ello se unen las tecnológicas y el atractivo frenesí de poblaciones dinámicas y jóvenes, un cóctel muy atractivo para nuestros universitarios y trabajadores cualificados. Probablemente, esta concentración de talento sea uno de los signos de los tiempos. Pero no podemos resignarnos. Sólo la innovación, el fomento empresarial, la colaboración público privada, la acertada inversión pública, el fomento de la mentalidad emprendedora, la eficiente administración y la mejora educativa lograrán paliar una dinámica que hasta ahora se muestra implacable, la del éxodo de nuestros jóvenes hacia Madrid. ¿Podremos cambiar el sentido de estas migraciones? Pues depende de lo que hagamos, aunque, a día de hoy, no parece fácil que lo consigamos.

 

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