Vuelve a sonar bien este grupo. “A mi arrecife llegó llorando una mañana un pescaito”. Primera letra dedicada al pequeño Gabriel. “Aquí en los mares nadie puede hacerte daño”, concluían.“Hay un sitito de Andalucía donde amanece la esperanza cada día”.
El segundo pasodoble fue para el Hospital Materno de Málaga. Una letra reutilizable, sin duda. Cuplés de comparsa, de esos que provocan efecto bola del desierto. Puede que no esperaran el pase a Cuartos, y por ello el repertorio tampoco ha llegado a sorprender.
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