El alcalde de Sevilla, el socialista Juan Espadas, ha anunciado el inicio del proceso de participación vecinal para terminar de definir los usos del nuevo centro cívico de Sevilla Este, que ya cuenta con un anteproyecto, después de que la parcela cedida a Remar quede recuperada formalmente a partir de esta semana al aprobarse la revocación del derecho de superficie, sin que la citada entidad se haya opuesto a ello.
Así, se proyecta un modelo de usos flexibles, dirigido especialmente a la población joven, que incluye un salón de actos para más de 250 personas, huertos urbanos, áreas de estudio y culturales o zonas de exposiciones.
En rueda de prensa, junto a la delegada del Distrito Este-Alcosa-Torreblanca, Adela Castaño (PSOE), y ante una nutrida representación vecinal, Espadas ha explicado que el proyecto constructivo estará licitado a finales de 2019 y cuenta con un plazo de ejecución de 18 meses. El presupuesto para su desarrollo está estimado en 3,5 millones, de los que la mayor parte se ejecutarán en 2020.
El primer edil subraya que se ha desbloqueado una parcela que llevaba sin uso 25 años con el objetivo de cubrir las necesidades de una zona cuyo actual centro cívico "se quedaba pequeño para la dinámica y actividad" que tiene.
Espadas, que apuesta por el consenso para el desarrollo de este proyecto, subraya que estas instalaciones van "más allá" de los que son los "centros cívicos al uso", yendo claramente dirigido a la población más joven de la zona. En este sentido, Castaño ha confirmado que en unos días habrá una reunión con todas las entidades para que realicen las preguntas que consideren oportunas y aporten sus propuestas para enriquecer este anteproyecto.
El nuevo centro cívico quedará ubicado entre las calles Flor de Gitanilla, Fernanda Calado Rosales, Doctor Italo Cortella y una plaza peatonal, una superficie de 1.998 metros cuadrados que permitirá la construcción de 2.934 metros cuadros.
Los técnicos de Urbanismo encargados del proyecto José Miguel Lobo y José Julián Espinosa han detallado que la construcción se articula en siete prismas flexibles, que permiten que el edificio se vaya adaptando a las necesidades de cada momento, y que alcanzan una altura máxima de tres plantas. Dispone de un auditorio para entre 250 y 300 personas, salas de estudio, infantiles, aulas de música o espacio para un cine de verano, así como un parking.
"Se trata de un proyecto muy abierto y ya hay propuestas como la relativa a incluir salas de ensayo tras reducir plazas de aparcamiento", explica Lobo, que matiza que se cuenta con varias puertas independientes para poder usar una zona concreta de las instalaciones sin tener que tener todo el edificio abierto. A ello, Espinosa suma su combinación de espacios verdes y equipamiento, integrando el entorno, además de apostar por su sostenibilidad energética.
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