La decisión de los partidos independentistas catalanes puede llevarse por delante esta legislatura tan movida, que ha conocido la única moción de censura victoriosa de la democracia. Se verá en torno al 12 de febrero, en que empieza el debate de totalidad de los presupuestos generales del Estado. El 12 de febrero es también el día que comienza uno de los juicios más trascendentales de la historia contemporánea de España. Los ha habido – el de Casas Viejas, los consejos de guerra por la revolución de Asturias del 34, el Proceso de Burgos, el de la Mano Negra,…y más recientemente el del 23 de febrero o el de los atentados de Atocha…- pero éste del “procés” -con un presidente de la Generalitat fugado- juzga por rebelión a un gobierno autónomo de España. Es la segunda vez que sucede. La primera fue con Companys como presidente de la Generalitat, durante la Segunda República. El gobierno tiene muy difícil conseguir el apoyo de dichos partidos para que le aprueben los presupuestos. La discusión no es monetaria, es política. Ponen sobre el tapete condiciones imposibles, que no son de inversiones en Cataluña sino de superación del autonomismo y en relación con los juicios por la declaración de independencia de Cataluña de septiembre/octubre de 2017. En esos términos es imposible un acuerdo que choca con la Constitución y la separación de poderes. Se busca un camino que supere ese estancamiento forzado por la ley con la figura de un ¨notario” o “relator” de las reuniones entre los partidos que buscan una salida al casi perpetuo “problema catalán”. Si ello será suficiente o no se verá en la votación presupuestaria. Si Esquerra y PDCAT votan no, el fin de la legislatura estará cantado, dado que todas las enmiendas de totalidad se votan juntas y con las del PP y Ciudadanos son mayoría en el Congreso. El resultado de ese extraño conglomerado, que obligaría a elecciones generales en meses, hace que el gobierno crea que hay una lucecita al final del túnel. Mientras tanto, es evidente que el gobierno pende de un hilo. En 1974, Arias Navarro –conocido como carnicero de Málaga- impulsó un precario “espíritu del 12 de febrero” que duró menos de un mes. El anarquista Puig Antich fue ejecutado con garrote vil el 2 de marzo y el descrédito internacional fue total. Este 12 no será tan trágico.
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